Dieta
Comer demasiados dulces durante las navidades puede ser malo para tu estado de ánimo
La explicación "El azúcar proporciona una energía rápida, algo especialmente necesario durante las fiestas", explica la Dra. Luisa Andrea Solano; sin embargo, "esa sensación repentina de bienestar suele ser tan fugaz como engañosa".
Toda clase de dulces invaden la gran mayoría de casa durante estas navidades. No solo en los hogares, también en las empresas, las tiendas y los bares o restaurantes donde vamos a celebrar con familia y amigos estas fiestas navideñas. Sin embargo, y como casi todo en la vida, los excesos nunca son buenos.
En este caso, no solo para nuestro peso (los españoles engordamos de media en navidad unos 3-4 kilos) sino también para nuestro estado de ánimo. Y esto tiene una explicación científica.
Tal como indica la Dra. Luisa Andrea Solano, nutricionista y profesora en la Facultad de Ciencias Biomédicas y de la Salud de la Universidad Europea, en una nota informativa publicada por este centro, con motivo de estas fiestas, "los picos y caídas de glucosa suelen agravar los sentimientos de ansiedad y tristeza en algunas personas".
Así, y según detalla la experta, "el ciclo del alza y bajada de glucosa comienza con el consumo de alimentos, especialmente aquellos ricos en azúcares simples, que se absorben rápidamente, lo que provoca un aumento de los niveles de glucosa en sangre en muy corto plazo".
Y esta circunstancia -añade- "estimula una liberación elevada de insulina para reducir la hiperglucemia y eso puede derivar en una hipoglucemia reactiva, que se asocia con síntomas como el cansancio, el hambre o el deseo de consumir más azúcares, perpetuando un círculo vicioso que impacta negativamente en la regulación metabólica".
Igualmente, recuerda la doctora Solano que "el consumo excesivo de azúcar puede afectar negativamente al bienestar físico debido a su relación con enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Pero, además, puede influir en el estado de ánimo, generando una dependencia a corto plazo y ciclos de alza o bajadas de energía que contribuyen a la irritabilidad, fatiga y ansiedad".
Por eso es importante, moderar el consumo de dulces (mejor tomar pequeñas porciones y controladas) y priorizar alimentos ricos en fibra, proteínas y grasas saludables; sustituir los postres y las bebidas azucaradas por frutas frescas o infusiones aromatizadas sin azúcar.
"Y, sobre todo, comer con atención plena, disfrutando los alimentos despacio y centrándose en la sensación de saciedad para evitar los excesos. Luego, si se consume algún alimento o algún menú más energético, lo ideal es realizar comidas más ligeras el resto del día, y por supuesto, incorporar algo de actividad física, aprovechando incluso los paseos o los planes familiares para equilibrar el balance energético".
En definitiva, aconseja la profesora, no se trata de privarse de los dulces típicos de estas fechas, pero sí de tomarlos con moderación teniendo en cuenta que el equilibrio es clave para sentirnos bien tanto en Navidad como el resto del año".
Igualmente, y como recomendamos en el artículo Los 4 trucos de una nutricionista para no engordar de más estas Navidades, es mejor que durante estas fechas no tomemos otros dulces extras o azúcares añadidos que no sean los tradicionales de la Navidad, para así no aculumar; y a la hora comer estos dulces tradicionales, es aconsejable seleccionar aquellos que más nos gusten y disfrutar pausadamente de trocitos pequeños o moderados, ya que comer despacio aumenta la saciedad.