La periodista Sara Carbonero se emocionaba al recordar su cáncer en 'ELLE Cancer Ball' y aseguró que tardó mucho tiempo en darse cuenta que sería para siempre una paciente oncológica, porque al final, el miedo a la posibilidad de una posible recaída siempre está ahí. El de ella no fue un cáncer de mama, sino un cáncer de ovario, pero sea el tumor que sea, tenga el apellido que tenga, los pacientes que han pasado por un cáncer saben que han de convivir con ese miedo.

Hoy, y con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama, el más frecuente en mujeres con más de 36.000 diagnósticos al año en España, hablamos de la importancia de hacer frente a esa posibilidad y de ayudar a las pacientes a hacer frente a esa realidad. "Aprender a convivir con el miedo y el sentimiento de vulnerabilidad es una parte de la realidad del cáncer de mama", confiesa a laSexta Paula González, portavoz de laFederación Española de Cáncer de Mama (FECMA).

"La posibilidad de una recaída supone para las pacientes convivir con la sombra del cáncer de manera constante, entre dos realidades las recaídas y las recaídas con metástasis, lo que conlleva un impacto emocional significativo, que en muchas ocasiones se traduce en un estado de alerta permanente", afirma González.

Por ello, añade, que "desde FECMA vemos indispensable atender a las pacientes para que dispongan de una atención integral, que también atienda esa necesidad de apoyo emocional, facilitandoles herramientas para aprender a convivir con la incertidumbre que supone las posibilidades de una recaída". Según datos facilitados por esta entidad, más del 76% de los pacientes con cáncer en España se queda con dudas en consulta médica acerca de las posibles recaídas.

Datos de la recaída en el cáncer de mama

En el cáncer de mama, existen, a grandes rasgos, tres tipos de tumores. En primer lugar, el cáncer de mama con receptores hormonales positivos (HR+) y receptor 2 de factor de crecimiento epidérmico humano negativo (HER2), también llamado luminal u hormonosensible, que es el tipo de cáncer de mama más frecuente ya que afecta al 70% de las mujeres con este tumor.

En segundo lugar, está el llamado cáncer de mama HER2+ que afecta hasta un 15-20% de todas las pacientes, y en tercer lugar, el cáncer de mama triple negativo que representa aproximadamente al 10-15% del total de pacientes.

De este modo, las pacientes con cáncer de mama luminal u hormonosensible tienen un 15% de alto riesgo de recaída y un 25% aproximadamente de estas pacientes de alto riesgo recaen a los 5 años. Las pacientes con cáncer de mamam HER2+ tienen un riesgo de recaída de entre el 15-20% en los 5 primeros años tras el tratamiento en adyuvancia (aquel tratamiento que se administra después del tratamiento primario del cáncer para disminuir el riesgo de que este vuelva a aparecer).

Y por último, hasta un 30% de las pacientes de cáncer de mama triple negativo diagnosticadas en estadios iniciales, puede desarrollar enfermedad metastásica en los 3-5 años siguientes al diagnóstico.

Por lo que, y según explican desde la campaña Entre Ellas. Dos realidades del cáncer de mama, un mismo cuidado, por un lado están las recaídas o los nuevos tumores, y por otro lado las llamadas recaída a distancia o metástasis, que se produce cuando el cáncer de mama regresa durante o tras el tratamiento y se disemina a órganos o tejidos distantes del lugar original.

Son dos realidades a las que se enfrentan las pacientes y de desde esta campaña impulsada por FECMA, la Asociación Española Cáncer de Mama Metastásico (AECMM), Lilly y el aval del grupo de investigación clínica en cáncerSOLTI, se pretende apoyar la divulgación de información médica de calidad y la unión de mujeres en dos de los momentos del cáncer de mama en los que se generan más dudas. "Todas las metástasis en cáncer de mama son recaídas (menos cuando aparecen desde el primer momento en el diagnóstico), pero no todas las recaídas en cáncer de mama son metástasis".

No estás sola

"La posibilidad de una recaída supone para las pacientes convivir con la sombra del cáncer de manera constante, entre dos realidades: las recaídas y las recaídas con metástasis, lo que conlleva un impacto emocional significativo, que en muchas ocasiones se traduce en un estado de alerta permanente", asegura González.

"La preocupación por la salud, sumada a una incertidumbre indefinida en el tiempo, pueden derivar a experimentar una sobre preocupación, generando ansiedad, estrés... con momentos especialmente tensos como las revisiones".

Todo ello, continúa González, "en ocasiones incluso se puede llegar a percibir un aislamiento social, experimentando cierta incomprensión por parte del entorno más cercano. En este punto es esencial señalar la importancia de disponer de una red de apoyo personal y profesional, que nos sirva de recurso para aprender a mantener una vigilancia activa sobre nuestra salud sin que suponga un condicionante vital".

No obstante, es fundamental recordar a las pacientes, o a aquellas mujeres que pasen en un futuro por un cáncer de mama, que no están solas. "Como paciente y como miembro de la FECMA, creo que esencial recordarlo: "Que existen muchas mujeres que comprenden su situación, con redes de apoyo a las que pueden acceder", apunta González.

Está claro, no obstante, que el cáncer de mama es una realidad complicada, pero no se debe vivir en soledad. Es importante "buscar la ayuda profesional y personal, ya que ellos nos dará herramientas para manejar el miedo y la incertidumbre de la mejor manera posible. Aunque la incertidumbre y el miedo formen parte de la realidad del cáncer de mama, no podemos dejar que eso lo defina todo", aconseja González.

Por supuesto, asegura que "una posición más activa e informada frente a la enfermedad, siempre será una ventaja a la hora de comprender las dimensiones de la patología y sus implicaciones". Es por ello que "debemos ser responsables sobre nuestra propia salud, poniendo especial atención la prevención terciaria y atendiendo a los signos de alerta, de una forma controlada y supervisada por nuestro equipo médico. Desde la federación, recalcamos la necesidad de acudir a todas nuestras revisiones y mamografías, un pronóstico precoz siempre es una ventaja frente a la enfermedad, y en este aspecto tanto las pruebas de seguimiento como los controles son indispensables", concluye González.