Sabemos que el poder de un abrazo es infinito, que un beso o un gesto de cariño de nuestros familiares y amigos puede alegrarnos un día entero o puede incluso hacernos "recargar pilas" durante un largo tiempo. Y si algo echamos en falta en la pandemia del COVID-19, en la que los médicos y expertos nos enseñaban cómo abrazarnos para no contagiarnos, fue precisamente eso. Algo que seguro ahora, valoramos mucho más que antes de marzo de 2020.
Ahora un nuevo estudio constata que el contacto físico mejora la salud física y mental en procesos como la ansiedad o la depresión, y no solo si el contacto es con personas, sino también si es con robots.
"La pandemia ha creado conciencia sobre la necesidad de comprender mejor los efectos que el contacto físico (y su reducción durante el distanciamiento social) puede tener en nuestro bienestar físico y mental", tal como refleja este trabajo, publicado en la revista 'Nature Human Behaviour' y que es el resultado de una revisión y metaanálisis de 212 estudios, con 12.966 personas analizadas.
Los resultados del estudio, liderado por Julian Packheiser, neurocientífico de la Facultad de Medicina de la Universidad del Ruhr en Bochum (Alemania), muestran que "los beneficios se daban, especialmente, si el contacto se daba con otra persona, pero también con elementos como robots".
Sobre este particular, los autores destacan cómo durante los confinamientos por la pandemia, muchas personas a las que se restringieron las interacciones físicas (como mayores en residencias) se les ofreció el contacto con objetos robóticos o avatares. Algunos de los estudios analizados muestran cómo resultaron eficaces aliviando la soledad y mejorando la salud física y mental.
"Es importante destacar que el contacto con objetos/robots no fue tan eficaz como el contacto con humanos", señalan los autores del estudio. Sin embargo, la diferencia no fue tan significativa como se podría esperar. Es más, no descartan que lo realmente importante sea no tanto el contacto humano-humano, como el contacto piel con piel.
Como ya han constatado muchos estudios, este trabajo comienza recordando que "el contacto físico promueve el bienestar físico y mental". Sabemos por ejemplo, que "el sentido del tacto tiene una inmensa importancia para muchos aspectos de nuestra vida: es el primero de todos los sentidos que se desarrolla en el recién nacido y la experiencia de contacto más directa con nuestro entorno físico y social".
Beneficios sobre todo en la ansiedad y depresión
En cuanto a la salud física, el contacto físico reveló beneficios menores para los parámetros del sueño y la frecuencia cardíaca, beneficios moderados para el afecto positivo y negativo, la presión arterial diastólica y sistólica, la movilidad y reducciones de la hormona del estrés cortisol y mayores beneficios para los rasgos y estados de ansiedad, depresión, fatiga y dolor.
También el trabajo muestra cómo un contacto frecuente y repetido en el tiempo tiene mayores beneficios que el contacto aislado. Y obviamente, si ese contacto es consentido. Tampoco se hallaron diferencias en el tipo de contacto, esto es, da igual si era abrazos, masajes o caricias; tampoco parecía importante la duración del contacto, pero sí, como hemos dicho, lo era la frecuencia.
Este es un estudio de "gran calidad", como explica al medio científico SMC España, Sebastian Ocklenburg, profesor de métodos de investigación en Psicología en la facultad de Medicina de la MSH Medical School de Hamburgo (Alemania). "Viene a confirmar lo que otros estudios con muestras mas pequeñas han hecho".
Y es que en general, demuestra que las intervenciones táctiles pueden ser beneficiosas para la salud física y mental", afirma el profesional aunque "los resultados del no implican nada respecto a los mecanismos propuestos que subyacen a las terapias alternativas". Esto es, "al tratarse de un metaanálisis, el estudio no permite extraer conclusiones sobre por qué las intervenciones táctiles tienen tantos beneficios para la salud física y mental", añade el experto a este medio.
El contacto físico mejora la salud desde que nacemos
El tacto y el contacto físico tiene beneficios desde que nacemos, como también refleja el estudio. "El contacto físico mejora la salud mental ya desde los recién nacidos, porque el recién nacidos en el contacto piel-piel, según nace libera oxitocina (la llamada hormona del amor) y esto le hace tener sensación de seguridad y calma, y a tener un vínculo afectivo con el cuidador y un apego seguro", explican a laSexta.com Cecilia Martín y Marina García, psicólogas y co-dierectoras del Instituto de Psicología Psicode
Pero también el contacto físico es muy importante en los adultos. "Porque además de oxitocina, liberamos endorfinas (aquellas que liberamos cuando hacemos ejercicio físico o cuando nos reímos, que nos da sensación de euforia y bienestar) y otras, en pequeñas dosis, como la dopamina (la que está relacionada con la recompensa y la sensación de placer); y todas ellas ayudan a reducir el nivel estrés y la ansiedad", añaden las expertas.
Pero también, el contacto físico produce la liberación de la serotonina, aquella que está relacionada con el estado de ánimo. Es por ello, insisten las psicólogas, que el contacto físico es importante: "Porque nos hace liberar las endorfinas y y esos neurotransmisores cerebrales: oxitocina, serotonina y dopamina. Es como que el ser humano está programado biológicamente para tener contacto social y generar vínculos de apego y conexión con las personas".
Además, la manera de demostrar a los niños/as pequeños que los queremos es a través del contacto físico: "Cuanto más pequeños, más contacto físico necesitan. A un bebé se le demuestra que se le quiere, tocándole y él se siente querido. Cuando los niños/as van creciendo esto va cambiando. Por ejemplo, cuando son más mayores se les demuestra que les quiere a través del juego y en la fase de la adolescencia con la comunicación y mostrándole empatía", explican.
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Y por último, como curiosidad, exponen las psicólogas, el contacto físico es una de las cosas que se trabaja mucho en terapia sexual y de pareja para ya que "favorece mucho el vínculo afectivo en la pareja, para fomentar la conexión emocional, además como nos reduce el estrés y la ansiedad, ayuda a la reconciliación", concluyen.