El verano, las altas temperaturas y todo lo que conlleva esta época, maravillosa para muchos/as puede que puede no serlo tanto para aquellas personas que sufren de dermatitis atópica, una enfermedad dermatológicay crónica de la piel que suele aparecer en las personas alérgicas y que normalmente aparece en los primeros años de vida. Es la enfermedad crónica de la piel más frecuente de la infancia.
Las personas con dermatitis, deben tener en cuenta una serie de cuidados, también durante la época estival (sobre todo, en los baños de playa o piscina) ya que sufren la exacerbación de los síntomas a causa del calor. Algunos de ellos: aumento del picor, el prurito o la aparición de brotes.
Aunque la dermatitis es una enfermedad a menudo subestimada, en España se calcula que hay 2 millones de personas con dermatitis atópica, de las cuales más de 50.000 sufre su forma grave o severa (30.000 adultos y 20.000 niños), este tipo de dermatitis tiene un gran impacto en la salud mental y el bienestar físico.
El origen de la dermatitis se debe a la inflamación tipo 2, una desregulación del sistema inmunitario, que también está detrás de otras enfermedades como el asma, la rinosinusitis con poliposis nasal la esofagitis eosinofílica, etc. Para tratar esta enfermedad, existen diferentes tratamientos médicos así como diferentes productos y cuidados específicos para la piel, como por ejemplo, ciertas las cremas emolientes.
En cuanto a los fármacos, la introducción de los fármacos biológicoshace unos pocos años (y de otras moléculas que llegarán) han cambiado por completo el curso de la enfermedad. Recientemente, el Ministerio de Sanidad emitió la decisión de financiación del primer biológico indicado para niños niños a partir de 6 meses con dermatitis atópica grave: dupilumab, una molécula que recientemente, acaba de recibir aprobación para nuevas indicaciones.
En cualquier caso, tanto las cremas corporales (u otros cuidados específicos) como sobre todo los fármacos y tratamientos deben indicados y recetados, respectivamente, por nuestro profesional, porque cada persona con dermatitis tendrá unos síntomas y/o intensidad diferentes.
Cuidados para la dermatitis atópica en verano
Pese a las características individuales de cada persona con dermatitis, es importante que en verano las personas con esta enfermedad tengan unos cuidados especiales. "El calor puede ser perjudicial para la piel de las personas que sufren dermatitis atópica, sobre todo si se trata de la forma grave o moderada de la enfermedad", afirma a laSexta.com la Dra. Bibiana Pérez García, dermatóloga del Hospital Universitario Ramón y Cajal (Madrid), experta en dermatitis atópica.
Con frecuencia-añade la doctora- "el calor no se tolera bien, provoca una mayor sudoración, cambios en el pH del sudor, mayor alcalinidad y, por lo tanto, crecimiento bacteriano, irritación y picor intenso. Además, algunos alérgenos aumentan en verano, por lo que pueden aparecer más desencadenantes para la dermatitis atópica".
Sin embargo, es cierto que "la reducción del nivel de estrés que normalmente acompaña a las vacaciones, influye positivamente en la enfermedad, ya que el estrés en un desencadenante habitual de los brotes de dermatitis"
En cuanto a los baños la playa o en la piscina, es cierto que "pueden ser problemático si la enfermedad está en una fase de inflamación aguda, con heridas que provocan escozor en contacto con el agua salada y el cloro de la piscina. Especialmente la piscina puede acentuar la sequedad de la piel y empeorar la dermatitis", apunta.
Aunque también debemos tener en cuenta, apunta Pérez García, que "la exposición moderada al sol y la humedad ambiental son factores que pueden ayudar a mejorar la dermatitis, así que no se desaconseja ir a la playa". Ahora bien, "teniendo en cuenta que a cada persona le pueden funcionar unas cosas u otras", aclara la dermatóloga, es importante seguir estos consejos:
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- Usar una crema solar que no irrite, así como beber agua para mantener la hidratación. Una crema solar hipoalergénica sin fragancia puede ser una buena opción si se tiene la piel sensible. Sobre todo, protegernos contra la luz UVA y UVB.
- Tener una toalla de algodón para agua dulce y otra para agua salada.
- Si no tenemos claro si va a haber duchas de agua dulce, llevar una botella de agua de casa para aclararnos después de cada baño y eliminar salitre o cloro.
- Usar ropa ligera y holgada también podría ser una buena idea.
Por último, es fundamental que cuando lleguemos a casa, después de la playa o la piscina, "nos demos una buena ducha con agua templada y después nos hidratarnos bien", concluye la doctora Pérez García.