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Cómo detectar la ansiedad en los niños y adolescentes, un trastorno mental que afecta hasta el 20% de los menores

¿Por qué es importante? Los pediatras de Atención Primaria advierten de que en los últimos 5 años las urgencias psiquiátricas en la infancia y adolescencia están aumentando por el empeoramiento de su salud mental. La ansiedad es uno de los trastornos mentales más prevalentes.

Una niña con las manos en la cara. Una niña con las manos en la cara. FreePik

La ansiedad o, mejor dicho, los problemas de ansiedad no son solo cosa de adultos, los niños y niñas también sufren estos problemas, que son, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos mentales más comunes del mundo. Tienen, además, una importante prevalencia entre la población en edad pediátrica.

Tal como apunta a laSexta.com, la Dra. Andrea Muñoz Domenjó, psiquiatra de la Infancia y de la Adolescencia del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús (Madrid), en torno al 15-20% de los niños y adolescentes tienen trastornos de ansiedad.

"Entre los diagnósticos más frecuentes a estas edades tenemos el trastorno por ansiedad de separación, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico, la fobia social y fobias específicas", enumera la experta.

En el último Congreso de Actualización en Pediatría de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), celebrado entre el pasado 20 y el 22 de febrero en Madrid, los pediatras de atención primaria lanzan una advertencia: las urgencias psiquiátricas entre los menores han aumentado considerablemente debido al empeoramiento de su salud mental en los últimos cinco años, con un aumento de las consultas tanto en Atención Primaria, como en salud mental especializada y los servicios de urgencias.

Los expertos refirieron que la ansiedad es uno de los trastornos mentales más prevalentes en la infancia y la adolescencia, sin embargo, sus manifestaciones clínicas en estas etapas de la vida son difíciles de identificar y manejar. Por ello, la importancia no solo de las familias sino también de los pediatras de Atención Primaria ya que serán los profesionales a los que acudamos cuando haya síntomas de sospecha.

Además, es importante tener en cuanta que estos trastornos de ansiedad pueden presentarse, especialmente a estas edades, "con distintas comorbilidades como los trastornos afectivos o los trastornos somatomorfos. Pueden describir la ansiedad como una sensación de tensión o malestar que pueden percibir como nerviosismo, inseguridad, dificultad para relajarse o incluso bloqueo y evitación", añade la doctora.

Y serían por tanto estos síntomas los más comunes para detectar si nuestro hijo/a pudiera estar teniendo o sufriendo un problema o trastorno de ansiedad.

Signos y síntomas de la ansiedad en los niños y en los adolescentes

Tal como explica Muñoz, "los niños no son adultos en miniatura y van a tener formas de expresión del malestar distintas a los adultos". En este sentido, es cierto que va a haber una serie de señales que pueden ser comunes a la manifestación de la ansiedad en los adultos, tales como una preocupación excesiva o un miedo muy intenso, así como conductas de evitación ante situaciones que puedan vivir como amenazantes.

Por otro lado, pueden presentar otros signos indirectos como:

  • Síntomas físicos inespecíficos: dolor de cabeza, dolor abdominal, sensación nauseosa, dolor torácico…
  • Síntomas conductuales: mayor irritabilidad, tendencia al aislamiento social.
En general, los niños pueden tener más dificultades para identificar qué les ocurre y ante estos síntomas pueden mostrarse, inquietos o desafiantes. No obstante, existen diferencias entre los niños/as y los/as adolescentes tanto en lo que pueden percibir como amenazante como en la expresión de esa ansiedad a través de los síntomas.

Es decir, según explica la doctora, en los adolescentes, estas situaciones pueden ser ya más abstractas. Por ejemplo, en relación a su lugar en el grupo o dificultades relacionales, la imagen corporal o el miedo a no cumplir expectativas o fracasar. Mientras que los más pequeños, suelen presentar miedos más concretos.

Por otro lado y en cuanto a la forma de expresión de la ansiedad, en los más pequeños podremos ver dificultades para dormir o pesadillas, llantos, episodios de rabieta, comportamiento más regresivo (como pueden ser conductas que se asocian a edades más tempranas).

Y en los adolescentes, por su parte, es importante estar atentos a señales indirectas como rechazar situaciones sociales de forma frecuente, cambios en el rendimiento académico, repetición constante de determinados temas, dificultad para concentrarse (por posible interferencia del pensamiento ansioso). "En ocasiones estos trastornos se pueden enmascarar tras un uso abusivo de pantallas u otras conductas que permitan evitar situaciones sociales temidas", añade la psiquiatra.

Por último, es importante destacar que cuando ante esas señales de sospecha y cuando esos "síntomas" o estas situaciones se mantengan en el tiempo y alteren las distintas esferas de la vida del niño o adolescente, es importante consultar con un profesional. "Inicialmente podemos acudir al pediatra o médico de Atención Primaria para poder establecer un diagnóstico precoz y recibir la orientación clínica correspondiente", concluye la doctora.