Hay momentos cruciales en nuestra vida y uno de ellos es la vuelta al cole, sobre todo cuando hay cambio de ciclo, porque de algún modo nuestros niños y niñas están pasando de etapa y se hacen mayores, y las cosas -y la vida-, aunque no lo parezca, cambian más de lo que podemos pensar. A pocos días de que empiece esa querida y temida, casi a partes iguales, vuelta al cole, seguro que muchos de nuestros hijos/as o sobrinos/as cambiarán de ciclo y tendrán que adaptarse a esos cambios.

Por un lado, de la escuela infantil (o guardería) al llamado 'cole de mayores' -sin duda, un cambio más que sustancial porque la gran mayoría, los pequeños cambian de centro; además y según datos de 2023, del Ministerio de Educación, el 45,6% de los niños y niñas de 0 a 3 años están escolarizados, el porcentaje más alto de la historia. Y en segundo lugar, el cambio de ese primer cambio de ciclo oficial que se da cuando se pasa de la Educación Infantil a la Educación Primaria.

En ambos casos, "es necesario tomar en cuenta las características de la etapa del ciclo vital que están atravesando los niños/as y la familia es fundamental en estas etapas de transición", afirma a laSexta.com Ignacio Malo, psicólogo del Instituto Centta. "Es importante generar un lugar seguro al cual el pequeño siempre puede acudir y que el niño/a sea capaz de explorar nuevos ambientes y experiencias teniendo la seguridad de que puede regresar a su familia en todo momento".

Así, añade Malo, es aconsejable que las familias opten por un estilo de crianza donde siempre esté presente la afectividad pero también las normas. Es decir, "el niño/a debe sentirse querido y al mismo tiempo deben existir ciertas reglas de comportamiento que se deben cumplir".

Por ello es clave el acompañamiento de la familia en cada una de esas etapas al igual que la buena comunicación con el centro educativo, algo que "será clave para detectar cualquier dificultad a tiempo y poder ofrecer el apoyo necesario", afirma.

De la guardería al colegio: cambios importantes a tener en cuenta

Una de las claves fundamentales en esta etapa, tal como ya hemos comentado antes es el cambio de centro y por ende, la adaptación al nuevo entorno, tanto físico (nuevas aulas, patios, baños) como social: nuevos compañeros, profesores y educadores. "En la guardería, suelen estar muy apegados a sus cuidadores y a un pequeño grupo de amigos", expone Malo, mientras que ahora, en el colegio, "deben integrarse en un grupo más amplio y conocer nuevos adultos a cargo".

Igualmente, el horario será más amplio en el colegio y suele más estructurado: "Los niños pueden pasar más horas en la escuela, y las jornadas pueden ser más largas que en la guardería, lo que requiere una adaptación en sus horarios de sueño, alimentación y tiempo de juego", sostiene el experto.

En esta etapa, los cambios más importantes a considerar durante este periodo y proceso de transición de la guardería al colegio van acorde con la etapa del ciclo vital en la que se encuentra el niño. Según expone Malo, en general, este cambio transicional se experimenta alrededor de los 3 años, una edad clave en la que se producen importantes avances en el desarrollo del niño.

"Durante esta etapa, es esencial fomentar el juego simbólico, estimular la imaginación, ampliar el vocabulario y promover un mayor nivel de socialización (a través del juego compartido). "Las familias deben alentar al niño a interactuar con otros, tanto niños como adultos, para que el juego deje de ser una actividad solitaria y se convierta en una experiencia social", sostiene Malo, indicando a continuación algunos consejos y recomendaciones claves para esta transición.

Consejos

  • Familiarizar al niño con el nuevo entorno antes del cambio: visitar el colegio antes de que empiece el curso, conocer a los profesores y explorar las aulas y los patios puede ayudar a reducir el miedo que provoca lo desconocido. "Estas visitas previas permiten que el niño se sienta más cómodo y seguro en su nuevo entorno desde el primer día".
  • Establecer una rutina consistente en casa. Los niños se benefician enormemente de la previsibilidad, por lo que mantener horarios regulares para despertarse, comer y dormir les ayudará a sentirse más seguros. También es útil empezar a introducir algunas actividades que serán parte de la rutina, como jugar juntos o realizar pequeñas tareas que impliquen seguir instrucciones.
  • Hablar positivamente sobre el cambio. Las familias deben transmitir entusiasmo y seguridad al hablar del colegio, enfatizando las cosas divertidas que podrán hacer y aprender.
  • Escuchar y validar cualquier temor o preocupación que el niño pueda tener, ofreciéndole apoyo y tranquilidad. Asegurar al niño que la guardería es un lugar seguro y divertido donde aprenderá y hará nuevos amigos puede hacer una gran diferencia en su adaptación.

De Infantil a Primaria: cambios a tener en cuenta

Es sin duda el primer cambio importante en la vida escolar de los pequeños. "La transición de infantil a primaria implica no solo cambios en el entorno y las expectativas académicas, sino también profundos cambios psicológicos en los niños/as, que son fundamentales para su desarrollo emocional, cognitivo y social", expone el psicólogo.

Así, uno de los cambios más significativos es el desarrollo de la autonomía y la autoconfianza. Durante la etapa de infantil, los niños dependen en gran medida de los adultos para tomar decisiones y manejar situaciones cotidianas. Sin embargo, expone Malo, "al ingresar a primaria, se espera que los niños comiencen a asumir más responsabilidades por sí mismos, como organizar su material escolar, completar tareas sin ayuda constante y seguir instrucciones más complejas. Este aumento en la autonomía puede ser un reto, pero también es una oportunidad crucial para el desarrollo de la autoconfianza.

Otro cambio psicológico importante es el desarrollo de habilidades de regulación emocional. En infantil, las emociones suelen ser expresadas de manera directa y a veces descontrolada, con los adultos desempeñando un papel crucial en ayudar a los niños a manejar sus emociones. Al entrar en primaria, los niños comienzan a aprender a regular sus emociones de manera más efectiva, una habilidad que es clave para enfrentar los desafíos académicos y sociales.

Además de los cambios cognitivos de esta etapa (la transición a primaria marca un periodo de crecimiento significativo donde los niños pasan de un pensamiento más concreto y egocéntrico a uno más lógico y orientado a resolver problemas), a nivel social, los niños también experimentan cambios en su identidad y relaciones.

"En primaria, empiezan a formarse grupos de amigos más definidos y las relaciones sociales se vuelven más complejas. Este es un periodo en el que las habilidades sociales, como la empatía, la cooperación y la resolución de conflictos, se vuelven más importantes. También, los pequeños empiezan a comprender mejor las normas sociales y las expectativas, lo que influye en su comportamiento y en cómo interactúan con los demás", explica el profesional de Centta.

Finalmente, la transición a primaria también introduce a los niños al concepto de evaluación y competencia. En infantil, la evaluación es más cualitativa y menos estructurada, mientras que en primaria, los niños comienzan a enfrentarse a exámenes y calificaciones que comparan su rendimiento con el de sus compañeros. Este cambio puede ser motivador para algunos, pero para otros puede generar ansiedad o sentimientos de fracaso.

Por ello, es importante que "los adultos ayuden a los niños a interpretar estas evaluaciones de manera constructiva, enfocándose en el esfuerzo y el aprendizaje continuo, más que en los resultados", aconseja Malo, finalizando con 3 consejos claves que nos servirán de ayuda en esta transición.

Consejos

  • Fomentar la autonomía del niño antes del inicio del curso, asignándole pequeñas responsabilidades en casa, como organizar su mochila o preparar su uniforme... Esto le ayudará a desarrollar la confianza y las habilidades necesarias para enfrentar las nuevas expectativas en primaria.
  • Fomentar el desarrollo de habilidades de gestión del tiempo y concentración. Introducir pequeñas rutinas de estudio en casa, como leer juntos un poco cada día o realizar actividades que requieran atención sostenida, puede preparar al niño para las demandas académicas de primaria.
  • Reforzar positivamente los logros y esfuerzos del niño es crucial para que mantenga una actitud positiva hacia el aprendizaje. Celebrar sus avances, por pequeños que sean, le ayudará a construir una autoestima sólida y a enfrentar los desafíos con confianza. Es importante que el niño sienta que sus esfuerzos son valorados y que el aprendizaje es un proceso en el que cada paso cuenta.