En España, un 23,8% de los adultos tiene obesidad y un 37,8% tiene sobrepeso, tal como recoge una publicación reciente a nivel europeo, basada en datos de 2016, la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta trabajo refleja por tanto que más del 50% de las personas entrevistadas presentan sobrepeso u obesidad, siendo ésta última imparable entre los hombres más jóvenes.
"Las encuestas telefónicas que realizamos desde hace una década no sólo constatan estos datos cada año si no que, además, ponen de manifiesto que este problema de salud sigue siendo imparable en nuestro país", señala la Dra. María del Mar Malagó, presidenta de la SEEDO.
Y esto -añade la experta- es es especialmente grave: "El aumento del índice de masa corporal es uno de los principales factores de riesgo de enfermedades como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, además de aumentar el riesgo de padecer problemas psicológicos y mentales; de hecho, las personas que padecen obesidad suelen sufrir prejuicios y estigmatización social por su peso".
Pero la obesidad no es una enfermedad moral ni es una elección ni muchos menos menos una cuestión de falta de voluntad, como piensa el 40% de los españoles, según una reciente encuesta telefónica llevada a cabo por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) a un millar de ciudadanos/as españoles mayores de 18 años.
Según este trabajo, la obesidad no sólo sigue siendo una enfermedad muy frecuentes en España, sino que el estigma negativo asociado al exceso de peso se mantiene y, además, se cronifican algunas actitudes discriminatorias.
Tanto es así que a pesar de que está demostrado que "la obesidad es una enfermedad crónica y recidivante, y a pesar del reconocimiento de la importancia de la genética y el entorno en su desarrollo, hasta el 41% de las personas encuestadas aún piensan que es un problema de 'falta de voluntad' y no una enfermedad, poniendo así a la obesidad como responsabilidad exclusiva de las personas que la padecen", explica el Dr. Albert Lecube, vicepresidente de SEEDO.
En esta percepción, añade el experto, "existen claras diferencias por género: 49% de los hombres vs 34% de las mujeres creen que la obesidad es debida a una falta de control". En la misma línea, "el 70,2% de los encuestados considera que comer menos y hacer más ejercicio es suficiente para tratar el sobrepeso u obesidad; de nuevo, las mujeres y los más jóvenes están menos de acuerdo con esta afirmación".
Hay que dejar de culpabilizar a las personas con obesidad
De este modo, el mensaje que mandan los especialista de la SEEDO es claro: "Se debe dejar de culpabilizar a la persona con obesidad. La obesidad no es una enfermedad moral, no es una elección del propio individuo. Uno no escoge a la obesidad, la obesidad te escoge a ti", afirma contundente el doctor Lecube.
También, este trabajo refleja y evidencia el arraigo y mantenimiento del estigma y discriminación asociado con el exceso de peso entre los padres y madres: "Entre quienes tienen hijos con sobrepeso u obesidad, casi 3 de cada 10 declaran que los menores sufren discriminación", afirma el doctor; y esto, además, les causa un gran impacto emocional: más del 70% de los padres/madres están muy o bastante preocupados por este aspecto.
Sin embargo, "este hecho contrasta con otro dato para la reflexión: cerca de un tercio de las personas con hijos/as declaran que les incomodaría que las amistades de sus descendientes tuvieran sobrepeso/obesidad", informa el profesional.
En general, se asume de forma mayoritaria la carga discriminatoria que aún recae sobre la obesidad: un 74% de las personas entrevistadas está totalmente o bastante de acuerdo con que la sociedad discrimina a las personas con sobrepeso u obesidad. De hecho, 3 de cada 10 personas declara que ha podido llegar a experimentar algún tipo de prejuicio o rechazo hacia una persona con sobrepeso u obesidad.
Por ejemplo, "llama la atención que un 12% de los encuestados piensan que las personas con obesidad están menos capacitadas y tienen menos aptitudes para ocupar un cargo directivo o un cargo público que las personas que se encuentran en un rango de peso considerado normal", afirman los expertos de esta sociedad científica, en base a los datos de esta encuesta.
De forma más concreta, y llevándolo a comportamientos individuales, se pone de manifiesto que "el 22% de la población encuestada llevaría mal tener un jefe con sobrepeso u obesidad y un 25% no votaría a un político con sobrepeso". Y en el ámbito personal, "alrededor del 30% de la población declara que nunca o difícilmente podría llegar a enamorarse de una persona con sobrepeso u obesidad; incluso entre las personas con obesidad, sólo el 35,3% cree que podría llegar a enamorarse de una persona con obesidad".
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Es por ello fundamental trabajar para derribar todos estos estigmas y ver la obesidad como la que es: una enfermedad crónica donde el aspecto genético es fundamental. Según concluyen los expertos de la SEEDO, con todo lo que hemos visto, se pone de manifiesto, "la necesidad de ofrecer a la población información rigurosa y de calidad sobre la obesidad, desde las múltiples causas que la provocan hasta las patologías que se asocian a ella o las necesidades de las personas que viven con esta enfermedad, reconocida desde hace unos años por la OMS y la EU como una enfermedad crónica recidivante".