Cada vez la masturbación femenina es menos tabú. Y parte de responsabilidad la tiene el éxito y la popularidad de algunos juguetes eróticos que de alguna forma han normalizado el hecho de tener o usar un vibrador sexual. O de tener y usar cierto famoso succionador de clítoris.
No hay duda de que los juguetes eróticos o sexuales son una herramienta más para disfrutar a solas o con la pareja, pero el placer va más allá. También, incluso, más allá de los orgasmos.
"De cara al público, es cierto que ha habido un despertar de la masturbación femenina: cada vez más mujeres se atreven a hablar de ella y a experimentarla, y ese despertar viene de la mano de la juguetería erótica y sobre todo del boom de los famosos succionadores de clítoris. Pero también del descubrimiento reciente del clítoris como órgano sexual (no fue hasta mediados de los 80 cuando empezamos a conocer más sobre él)", afirma a laSexta.com Ana Sierra, psicóloga, sexóloga y escritora.
Sin embargo y aunque parezca cosa de la modernidad, los juguetes sexuales han existido siempre: ya en la época romana existían dildos y utensilios que se usaban para incrementar el juego en las prácticas eróticas", explica Ana Yáñez, psicóloga y sexóloga y directora del Instituto Clínico Extremeño de Sexología (ICEXS). Tanto es así que "justo antes de la pandemia, hubo una exposición sobre juguetes eróticos en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida", recuerda esta experta.
Pero volviendo al presente, "sí es verdad que en la actualidad cada vez más mujeres hablan de masturbación femenina relacionada con esos juguetes sexuales, especialmente de vibradores o estimuladores sexuales. Es decir, de alguna forma esos juguetes eróticos destinados a las mujeres se han normalizado más en la población femenina", explica Yáñez.
Tanto es así que según datos de 2021, "la venta de juguetes sexuales se disparó casi un 20% desde 2019, coincidiendo con la pandemia". En primer lugar en ventas estaban precisamente los vibradores y succionadores de clítoris; en segundo lugar, los lubricantes y después, los dildos.
Pero realmente, explica Yáñez, "succionadores de clítoris o, mejor dicho, estimuladores de clítoris, existen desde hace muchos años y además con gran variedad, pero es cierto que al famoso Satisfyer se le dio mucha publicidad. Y todo ello sirvió para que muchas mujeres normalizasen la masturbación y el que puedan tocar su cuerpo, que puedan disfrutar de su cuerpo y que puedan incluso descubrir sensaciones nuevas. Los juguetes ayudan y facilitan pero no son la única opción, son sólo un complemento más, algo opcional en las relaciones (en solitario o de pareja)".
La importancia de conocer el cuerpo, de autoexplorase
Los juguetes eróticos no lo son todo. Son tan sólo una opción más. Como dice Sierra, pueden ser "un asistente más en tus relaciones sexuales". O algo que nos ayuda a conocer mejor nuestro cuerpo.
Porque lo realmente importante es que las mujeres conozcan su cuerpo, que sepan cómo excitarse, qué es lo que les gusta y que tengan en definitiva, un mayor conocimiento de su cuerpo y de su erótica. De hecho, tal como explicó a laSexta la socióloga Carmen Ruiz Repullo, "desde el 8M cada vez hay más chicas que reconocen que se masturban y que se están empoderando con su cuerpo".
"Es importante que la mujer se explore y conozca su propio cuerpo y que se haga responsable de su propio placer", asegura Yáñez. Porque aunque cada vez la masturbación en las mujeres sea menos tabú, añade que "aún hay muchas mujeres que no se atreven a hablar de ello o a experimentarla, pero sobre todo hay aún un sector muy amplio que aún tiene unas creencias erróneas o un conocimiento insuficiente acerca de su propio placer". Falta aún mucho autoconocimiento.
Es importante que la mujer se autoexplore, conozca su propio cuerpo, y se haga responsable de su propio placer
Por ejemplo, "muchas mujeres relacionan el orgasmo únicamente con la penetración, cuando lo que tiene que haber, para conseguir el orgasmo, es una estimulación directa del clítoris", señala Yáñez.
La escritora alemana Shere Hite, fallecida en el año 2020, publicó en 1976 el famoso 'Informe Hite', una obra referente en el mundo de la sexualidad y en concreto dentro de la sexualidad femenina mostró cómo un gran número de mujeres conseguían el orgasmo no por la penetración sino por la masturbación y estimulación directa del clítoris.
Más allá del orgasmo (y de los juguetes sexuales)
"Es verdad que los juguetes sexuales ayudan a esto, pero tiene que haber también un conocimiento previo de nuestro propio cuerpo. Es decir, la juguetería sexual no es milagrosa tampoco. Un succionador no te va a a provocar orgasmos si no que estás predispuesta también psicológicamente y eróticamente para poder apreciarlo y desencadenar el placer. Es importante que las mujeres conozcamos nuestro cuerpo, que nos autoexploremos", afirma Sierra.
La juguetería sexual no es milagrosa, tiene que haber antes un conocimiento previo del propio cuerpo
De hecho, añade que "la realidad en las consultas de sexología es que muchas mujeres aún no saben qué les gusta, incluso también en la juguetería: eligen lo que está de moda y no lo que se adapta realmente a sus deseos".
Pero además, el orgasmo no lo es todo. "Las fantasías, por ejemplo, que son una masturbación fantaseada y cerebral. Eso también es placer. No hace falta centrarlo todo en los genitales", sostiene Sierra. Cada mujer tiene que saber lo que le gusta sin sentir presión por nada: ni por tener un orgasmo ni por tener que masturbarse genitalmente ni nada. Lo importante es buscar nuestro propio placer".
Lo cierto es que el sexo en la pareja se puede reinventar más allá de la cama o la genitalidad: existe una abanico muy amplio de oportunidades para disfrutar de las relaciones sexuales.
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Por ejemplo, la piel. "Nuestra capacidad de sentir placer por toda la piel que es el órgano más grande y erógeno que tenemos es inmensa (hacer masajes, caricias...). Incluso también, además de los juguetes sexuales, está la cosmética erótica (cremas, aromas, aceites, geles, etc.) dedicada a ese disfrute al que se llega a través de los sentidos. Porque placer y sexualidad no es sólo genitalidad y orgasmo, porque eso realmente es muy limitado. Cuanto más amplio sea el abanico, mucho mejor", concluye Yáñez.