Hace años, hablar de temas como la identidad de género, transgenerismo o transexualidad era algo tabú. De un tiempo a esta parte, igual que sucede con la orientación sexual, estas realidades se empiezan a dejar de ocultar en parte del mundo.
Muchas personas se topan con términos y conceptos que desconocen y a los que, ya sea por falta de capacidad o de interés, no son capaces de acercarse.
En este artículo vamos a intentar explicar de manera sencilla qué significado se le ha dado a "disforia de género" y algunas de las distintas maneras de afrontarla cuando una persona la vive.
Qué es la disforia de género
La disforia de género se refiere a la sensación persistente de malestar clínicamente significativo que una persona experimenta debido a la discrepancia entre su identidad de género y el género que le asignaron al nacer. El diagnóstico de disforia de género puede causar un gran estrés emocional, que llega a afectar a la vida diaria de la persona.
La apodada como la 'biblia' psiquiátrica, sobre todo en el ámbito de la práctica clínica, el DSM-5, que es la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales de la American Psychiatric Association (Asociación Americana de Psiquiatría, APA por sus siglas en inglés), considera la disforia de género o la incongruencia de género como un diagnóstico de salud mental.
El DSM-5 describe el diagnóstico de salud mental de disforia de género como una condición en la que una persona experimenta un malestar significativo debido a la discrepancia entre su género sentido y el género asignado al nacer. Esta descripción reconoce la complejidad y diversidad de las experiencias de género y promueve un enfoque centrado en la persona para su tratamiento.
Conceptos: sexo, género e identidad sexual
Antes de empezar, veamos un vocabulario básico para tener claro de qué estamos hablando en cada momento. Las definiciones pertenecen el DSM-5.
- El sexo se refiere a la condición biológica de una persona: hombre, mujer o intersexual.
- La identidad sexual se refiere al género hacia el que una persona se siente atraída sexualmente (si es que se siente atraída por algún género).
- La identidad de género es el sentido subjetivo de saber a qué sexo se pertenece, es decir, si la persona se considera varón, mujer, transexual u otra denominación identificadora (como, por ejemplo, intergénero, no binario, sin género).
- El rol de género es la manifestación objetiva y pública de la identidad de género e incluye todo lo que las personas dicen y hacen para indicar a sí mismas y a los demás el grado de adherencia al género con el cual se identifican.
- Las conductas de rol sexual caen en un continuo de masculinidad o feminidad tradicional, aunque culturalmente se reconoce cada vez más que algunas personas no se ajustan (ni se quieren ajustar necesariamente) a la dicotomía hombre-mujer tradicional. Estas personas pueden referirse a ellos mismos como "de género diferente", no binarios, género fluído o uno de muchos otros términos que se han vuelto más utilizados en los últimos 10 años.
Las definiciones y las clasificaciones del rol de género pueden diferir entre las sociedades. El término cisgénero se emplea para referirse a personas cuya identidad de género corresponde al mismo sexo asignado al nacer.
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Críticas a la visión binaria
Cabe señalar que algunos de estos conceptos, y la aproximación a los mismos, son cuestionados por parte de la comunidad LGTBIQ+. Critican el enfoque binarista de sexo y género, citando, entre otros autores, a la filósofa feminista Judith Butler (Cleveland, 1956). "La categoría de sexo no es invariable ni natural, más bien es una utilización especialmente política de la categoría de la naturaleza que obedece a propósitos de sexualidad reproductiva", dice la creadora de la teoría queer, quien en agosto de 2022 recibió la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Además, afirman que la idea del género como una entidad pura es poco realista, y simplemente incongruente con las experiencias del género de las personas queer en general, como recogen desde Rebelión Feminista. "Las experiencias queer, de todas las personas que hemos sido expulsadas de la norma social hetero y cis, señalan los límites marcados por las mismas normas sociales que nos excluyen, y dejan bien claro que la sexualidad, la raza o la capacidad atraviesan nuestra experiencia de este", señalan.ç
¿Es una enfermedad la disforia de género?
Fue en la edición del DSM-5, publicada en 2013, cuando desde la Asociación Americana de Psiquiatría empezaron a considerar la disforia de género como un diagnóstico. Anteriormente, en el DSM-IV publicado en 1994, se denominaba "trastorno de identidad de género".
Por su parte, la clasificación que usa la Organización Mundial de la Salud (OMS), el CIE-11, que es menos utilizada por los profesionales, pero de referencia en el ámbito académico, habla de discordancia de género "marcada y persistente" entre el género experimentado por la persona y el sexo asignado, lo que a menudo conduce a un gran deseo de "transicionar" para vivir y ser aceptada como una persona del género experimentado, ya sea por medio de un tratamiento hormonal, intervención quirúrgica u otros servicios de salud, para que el cuerpo pueda alinearse, tanto como lo desee y en la medida de lo posible, con el género experimentado.
Disforia de género en la infancia
El Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-5) dice que la disforia de género en la niñez suele manifestarse a los dos o tres años. No obstante, añade que solo una minoría de niños diagnosticados con disforia siguen teniendo este diagnóstico en la adultez.
Mientras, la clasificación que usa la OMS afirma que el diagnóstico de discordancia de género no se puede hacer antes del inicio de la pubertad. Entre los signos que caracterizan esta discordancia, el CIE-11 indica que estos niños tienen un fuerte deseo de ser de un género diferente al sexo asignado, aversión a su anatomía sexual o deseo de tener características sexuales primarias y las características sexuales secundarias que coincidan con el género deseado y preferencias por juegos y compañeros de juego típicos del género deseado en lugar del sexo asignado
No obstante, este manual añade que "las variaciones en el comportamiento de género y las preferencias no constituyen por sí solas una base para determinar el diagnóstico".
Existe una considerable controversia sobre cuándo o si se debe apoyar la transición social y/o médica de niños con disforia de género antes de la pubertad; sin embargo, no hay investigaciones concluyentes para guiar esta decisión, según la APA.
Según la definición del Diccionario de la Real Academia Española, "prepuberal" se refiere a la etapa previa a la pubertad, es decir, antes de la aparición de los caracteres sexuales secundarios propios de la adolescencia. La edad exacta en la que se produce la pubertad puede variar, pero suele situarse entre los 8 y los 13 años en las niñas, y entre los 9 y los 14 años en los niños.
En España, en marzo de 2023 entró en vigor la llamada "ley trans", que plantea, entre otras medidas, la autodeterminación de género para mayores de 16 años.
Cómo solventar el malestar de la disforia de género
Cuando una persona cree que el sexo que se le ha asignado al nacer no es el que le corresponde, puede tratar de solventar el malestar significativo que esto le provoca y que llega a disminuir la calidad de vida de las personas que la experimentan. Las personas con disforia de género pueden presentar ansiedad, depresión y en algunos casos, abuso de sustencias, pensamientos suicidas e intentos de suicidio.
No existe un abordaje único ante esta situación, sino que hay diversas formas de manejar el malestar asociado y mejorar el bienestar emocional y social de las personas afectadas. Algunas de estas estrategias son:
1. Apoyo psicológico: es fundamental contar con buen profesional de la salud mental, que ayude a la persona a explorar y comprender sus sentimientos y pensamientos relacionados con la disforia de género. Lo ideal es que sea alguien experto en la materia o con experiencia, que pueda ayudar a su cliente a desarrollar estrategias para enfrentar el malestar emocional.
2. Terapia hormonal: este tipo de terapia con hormonas ayuda a las personas a modificar sus características físicas para que se correspondan más con su género sentido. Por ejemplo, las personas transgénero pueden recibir terapia de reemplazo hormonal para desarrollar características sexuales secundarias más afines a su género deseado. En este sentido, la "ley trans" aprobada en España, ha eliminado la obligatoriedad de la hormonación y las evaluaciones psicológicas y médicas como requisitos previos para aquellas personas que soliciten el cambio de sexo en el Registro Civil.
3. Cirugía de confirmación de género: las personas que experimentan disforia de género pueden considerar someterse a cirugías de confirmación de género para modificar sus características físicas. Estas pueden consistir en cirugía de feminización o en la eliminación de los senos o la reconstrucción genital. Es importante señalar que no todas las personas que experimentan disforia de género desean someterse a cirugía.
4. Apoyo social: tener un entorno de soporte, comprensión y aceptación es fundamental para mejorar el bienestar emocional de las personas que experimentan disforia de género. Esto puede incluir familiares, amigos, grupos de apoyo y comunidades LGBT.
5. Educación y sensibilización: es crucial que la sociedad en general tenga una comprensión más amplia y sensible de la disforia de género y otras experiencias transgénero, entre otras cosas, escuchando sus vivencias, en el caso de que quieran compartirlas. La educación y la sensibilización pueden ayudar a reducir el estigma y la discriminación que enfrentan las personas transgénero y mejorar su calidad de vida.
Por último, cabe recordar que cada persona es única y puede requerir un enfoque personalizado para abordar su disforia de género.