La salud mental perinatal es aún una asignatura pendiente. O lo que es lo mismo, todo lo referido a los cuidados necesarios para el bienestar emocional y psicológico de las mujeres durante su período perinatal, es decir, concepción, embarazo, parto y posparto.
Y es fundamental que se atienda de forma adecuada y que se proteja la salud mental de las madres, ya que aún "en la actualidad, no existen recursos suficientes ni estrategias de prevención a nivel estatal", reivindica la Confederación Salud Mental España.
Los datos a esta necesidad son claros. Según recoge un informe de Conecta Perinatal, un 7% de las mujeres sufre depresión durante el embarazo, y entre el 11 y el 15%, trastornos de ansiedad. En el posparto, un 14% de las mujeres tiene depresión y un 8% ansiedad. Además, existe también un elevado infradiagnóstico (entre el 50 y el 75%) de la depresión posparto, la patología más frecuente en la maternidad.
Sin embargo, "el estigma y el miedo a las consecuencias llevan a la mujer a ocultar su situación de salud mental. Esto conlleva un infradiagnóstico y hace que no se invierta en los recursos realmente necesarios, como la atención psicológica de progenitores y bebés durante los tres primeros años de vida", explica Rosa Mª Bayarri, representante de la Junta Directiva de Confederación Salud Mental España.
Un 7% de las mujeres sufre depresión durante el embarazo, y entre el 11 y el 15%, trastornos de ansiedad. En el posparto, un 14% de las mujeres tiene depresión y un 8% ansiedad
Es por ello, que desde esta entidad están realizando una campaña, bajo el hashtag #SaludMentalFeminista, para hacer hincapié en el mejor abordaje y tratamiento de la salud perinatal en la mujer, con motivo del Día Internacional de la Mujer que se celebrará este próximo 8 de marzo y que cuenta con la colaboración del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.
Dentro de la atención y salud mental perinatal se incluye la prevención, cuidado, apoyo, diagnóstico e intervención en las familias durante todo el proceso que rodea al nacimiento, y contempla además la importancia de establecer un vínculo saludable entre la madre, el bebé y la familia. Sin embargo, y como denuncian desde la asociación, todavía no existen ni los recursos ni las estrategias suficientes.
La salud mental de las madres
Y de esta forma se refleja en la historia de Adela Montaño, representante de la plataforma Red Estatal de Mujeres de la confederación, Cuenta que vivió sus dos embarazos con mucho miedo cuenta que vivió sus dos embarazos con mucho miedo, ya que "tenía problemas en la conducta de la alimentación, con lo cual nadie me preparó para que esos nueve meses mi barriga creciera".
Con el embarazo de su hija estuvo "tres meses acostada en un colchón en el suelo al lado de su cestito, porque a ella sí le di el pecho, pero pensaba que no era suficiente y que se me iba a morir". Montaño explica que su hijo era intolerante a la leche de fórmula y vomitaba, y que en esos momentos tampoco tuvo apoyo de nadie. "Al revés, me decían que a lo mejor había heredado lo mío. Así que, aparte de frustración, pues también culpabilidad", confiesa, reconociendo a su vez que lo gestionó como pudo, "sin ayuda".
Y es que la soledad y la falta de apoyo a los que se enfrentan muchas madres pueden afectar a su salud mental en momentos especialmente vulnerables, como son el embarazo y el posparto, períodos en los que se puede sufrir un elevado nivel de estrés. "La etapa perinatal es para muchas mujeres, un momento de mucha vulnerabilidad emocional por los cambios que atraviesa cuando va a convertirse en madre", explica Natalia Valverde, psicóloga perinatal.
La etapa perinatal es para muchas mujeres, un momento de mucha vulnerabilidad emocional por los cambios que atraviesa cuando va a convertirse en madre
No solo cambios físicos, sino también "emocionales, psicológicos, de cambio de identidad… por lo que muchas mujeres, en torno a un 15 o un 20%, pueden desarrollar cierta sintomatología más o menos grave. Por ejemplo, un cuadro ansioso-depresivo o también por cosas que puedan suceder en ese momento, como un parto traumático o un duelo perinatal", añade.
En ocasiones además, las mujeres no piden ayuda debido al sentimiento de culpa frente al imperativo social de "tener que ser feliz" en esta etapa y debido también al miedo al estigma y a la dificultad para reconocer que la salud mental se está viendo afectada.
Es por ello que algunas de las reivindicaciones de la Confederación es la puesta en marcha de recursos como las unidades de hospitalización conjunta madre-bebé ya que, tal y como explica Bayarri, "la separación de la madre y su hijo o hija, conlleva un sufrimiento psicológico reversible. Es urgente invertir en una buena salud mental desde el mismo momento de la concepción y el embarazo para el bienestar y el equilibrio emocional de las personas y una sociedad mucho más sana".
También, señalan desde la entidad, que "sería necesario recabar datos sobre salud mental materna e impulsar la concienciación social y la visibilización, así como la creación de protocolos de seguimiento a nivel estatal de la salud mental materna desde el embarazo.
Por otro lado, también subrayan la creación espacios en los que las mujeres puedan exponer abiertamente todo lo que les preocupe sobre la maternidad (incluyendo cuestiones de infertilidad), el impulso de la detección de los problemas de salud mental materna desde la Atención Primari y la formación continua de los y las profesionales de Ginecología y Obstetricia en este ámbito. "Todo esto evitaría sufrimiento a bebés, madres, padres y familia, permitiría el desarrollo del vínculo madre-bebé, y reduciría riesgo de automedicación con psicofármacos", explican desde la Confederación.
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En España, añade Valverde, "todavía estamos lejos de ofrecer el cuidado adecuado a las familias", pero "gracias a asociaciones, alianzas que están desarrollando su trabajo en las últimas décadas, cada vez estamos mejorando más la detección y la atención en esta etapa perinatal tan importante, pero nos queda mucho por hacer".