En la actualidad, van apareciendo nuevos problemas que, sin llegar todavía a ser trastornos clínicos como tal, van siendo objeto de estudio y debate. Uno de ellos es la nomofobia, el miedo irracional a estar un tiempo sin el móvil y desconectados.
Se trata de un problema que sufre hasta el 70% de la población, según datos del I Estudio de Bienestar Digital de ING, presentado esta semana en Madrid. "La nomofobia es básicamente un miedo a estar sin móvil o más bien, a estar sin comunicación. Es lo que le llaman un trastorno emergente", explica a laSexta Manuel Armayones, doctor en Psicología.
Nomofobia: ¿enfermedad o patología?
Este trastorno o problema no está todavía catalogado ni considerado como tal por los manuelas de Psiquiatría de referencia como son DSM-V o el CIE-11. Puede haber eso sí, añade el experto, algún debate en relación a si se tiene que incluir o no.
De hecho, informa el doctor que "aunque la nomofobia no se considere clínicamente un trastorno como tal, hay ciertas entidades como la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association, APA), que es la referencia para los psicólogos, o la Organización Mundial de la Salud (OMS), que hacen estudios sobre el fenómeno y, quizá, en próximas revisiones de clasificación, se incluya".
Es por ello, expone Armayones, que "sí podemos considerar a la nomofobia como patología social, relacionada con el estilo de vida que para lo bueno y para lo malo, llevamos. No como una patología clínica". De hecho, "el paralelismo que se hace de la nomofobia es como una fobia, aunque se trata más de una sensación que se caracteriza por tener, cuando estamos sin móvil, un cierto nivel de ansiedad, sensación de desazón, nerviosismo o la sensación general de no estar conectados".
Es en definitiva, "un síntoma social de una sociedad que es muy dependiente (no dependencia clínica) del móvil. Esto hace que cuando no tengamos este aparato con nosotros, nos sintamos nerviosos", explica el doctor.
Bienestar digital o el placer de no estar todo el rato conectados
De la consecuencia que tienen para nosotros ese hiperconexión que tenemos a diario y ese miedo a quedarnos sin móvil, surgen ciertos fenómenos como el llamado FOMO (Fear Of Missing Out), muy común entre la sociedad actual. Esto es, el temor a estar perdiéndonos experiencias que otras personas están viviendo y que vemos en nuestros móvil a través de las redes sociales.
Según datos del ya citado informe (I Estudio de Bienestar Digital), el 63% cree fundamental apagar el móvil en momentos clave, pero solo el 39% lo hace habitualmente. Además, sólo el 10% cree que goza de un buen bienestar digital.
Según Armayones, "estamos constantemente sometidos a estímulos, notificaciones y demandas virtuales que alteran nuestra capacidad para concentrarnos y mantener un equilibrio emocional. Para contrarrestar esto, es fundamental cambiar nuestros hábitos y utilizar las tecnologías de forma más consciente. Debemos fomentar un entorno que apoye la desconexión saludable, y esto incluye reformas a nivel regulatorio y cultural".
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De hecho, cada vez más personas, sobre todo en los adultos, hablan más de JOMO (Joy Of Missing Out), el placer de no estar siempre conectados y de hacer las cosas que realmente nos gustan sin presiones ni agobios al qué dirán. Y es que "muchas personas están empezando a valorar más la calma y el bienestar personal que la hiperconexión, tal como explicamos en este reciente artículo de la Sexta: El fenómeno 'JOMO' o el placer de disfrutar de los momentos que realmente nos hacen sentir bien.