Ghana ha confirmado sus dos primeros casos del virus de Marburgo y junto a ellos, 98 personas tienen que hacer cuarentena por sospechas de posible infección. El virus de Marburgo es una catastrófica enfermedad virulenta que causa una fiebre hemorrágica; su tasa de mortalidad media está en torno al 50%, pero ésta puede oscilar dependiendo de la cepa vírica. En el caso de ésta la mortalidad es del 88%, por lo que se puede afirmar con rotundidad que se trata de un virus altamente mortal.
En Ghana ya se cobró sus dos primeras víctimas y han muerto recientemente, informó la policía del país. Pero el virus ya lleva varios años causando pequeños brotes en el continente de africano con casos aislados en Angola, República Democrática del Congo, Kenia, Uganda y Sudáfrica. Sin embargo, el brote más mortífero que se ha experimentado por este virus ha sido el de Angola en el 2005, cuando el virus mató a 200 personas.
Su origen, dice la Organización Mundial de la Salud (OMS), viene dado por los dos brotes simultáneos que hubo en Marburgo y Frankfurt en Alemania y en Belgrado, Serbia, en 1967. Estos brotes particulares fueron los que permitieron detectar la enfermedad y bautizarla. El motivo fue asociado con un laboratorio que estaba estudiando a los monos verdes africanos de Uganda.
Los humanos contraen la enfermedad cuando están expuestos por un tiempo prolongado a minas o cavernas habitadas por murciélagos de la fruta, y luego, en el caso de la transmisión entre humanos, la OMS informa que se debe a “contacto directo de la piel lesionada o las mucosas con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas, así como con superficies y materiales contaminados con dichos líquidos, como ropa personal o de cama”.
En el caso de este virus, el tiempo de incubación es de 2 a 21 días y los síntomas empiezan a presentarse “bruscamente, con fiebre elevada, cefalea intensa y gran malestar, así como con frecuentes dolores musculares. Al tercer día pueden aparecer diarrea acuosa intensa, dolor y cólicos abdominales, náuseas y vómitos. La diarrea puede persistir una semana”. Cuando ocurrió el brote europeo, estos presentaron lesiones cutáneas en el segundo al séptimo día.
Y luego empieza la parte mortal del virus: las hemorragias graves. Suelen presentarse desde el quinto al séptimo día y aquellos que fallecen por este virus presentan alguna hemorragia interna. La OMS divulga que “en los casos mortales, el óbito suele producirse a los 8 ó 9 días del inicio de los síntomas y se suele preceder de grandes pérdidas de sangre y de choque”.
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Lo que más preocupa de este virus es que a pesar de que los científicos saben de su existencia desde hace década, aún no existe ningún tipo de tratamiento que pueda ayudar a los enfermos. Solo pueden tratarse los síntomas para mejorar las posibilidades de supervivencia, pero aún no se ha alcanzado a manufacturar ninguna vacuna.