Según un nuevo realizado por científicos de la Universidad de Tulane (Estados Unidos), se ha descubierto una vía molecular desconocida hasta ahora que podría ser decisiva para "frenar en seco" el cáncer de pulmón, el tumor que más muertes provoca en el mundo y también en España.
El estudio, publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences', "podría conducir al desarrollo de un nuevo fármaco anticanceroso y a un tratamiento más personalizado del cáncer de pulmón", tal como apunta el Dr. Hua Lu, autor principal del estudio y titular de la Cátedra Reynolds y Ryan Families de Cáncer Traslacional de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tulane.
Los investigadores de esta universidad americana descubrieron que una conocida proteína supresora de tumores llamada RBM10 puede inhibir el crecimiento del cáncer de pulmón suprimiendo la función de c-Myc, una proteína que impulsa el crecimiento y la proliferación de las células cancerosas cuando está sobreexpresada.
Los expertos descubrieron que la proteína RBM10 se asocia con dos proteínas ribosómicas (RPL5 y RPL11) para desestabilizar c-Myc e impedir así la propagación del cáncer de pulmón. De este modo, estos hallazgos son los primeros en identificar una relación inhibidora del cáncer entre las proteínas.
"Descubrimos que RBM10 puede apuntar directamente a c-Myc para su degradación y reducir sus efectos cancerígenos uniéndose a RPL5 y RPL11", afirma Hua Lu. "Sabemos mucho sobre el cáncer, pero las moléculas implicadas siguen siendo una caja negra. Pero pieza a pieza, vamos comprendiéndolas mejor", añade el experto.
Pero lo más importante en esta investigación, según los expertos, es que también se descubrió que una forma mutante de la proteína RBM10 que suele encontrarse en los cánceres de pulmón pierde la capacidad de suprimir c-Myc, no logra unirse a las proteínas ribosómicas RPL5 y RPL11 y acaba fomentando el crecimiento tumoral en lugar de suprimirlo. "RBM10 es una proteína importante que puede suprimir las células cancerosas, pero cuando un cáncer quiere desarrollarse, muta RBM10 y bloquea esa función", indica Lu.
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Es por ello, que hay que seguir estudiando el funcionamiento de la mutante RBM10 con la esperanza de desarrollar un fármaco contra el cáncer dirigido a ella. "Esperamos poder diseñar una molécula dirigida específicamente al mutante, ya que se trata de una estructura especial que no existe en el tejido normal. Si podemos convertir este mutante, es de esperar que podamos hacer que suprima la actividad cancerígena de c-Myc", concluye el doctor.