"Ha sido un proceso muy duro a la vez que muy bonito y a pesar de todos los riesgos ha merecido la pena", confesaba en rueda de prensa Tamara Franco, reciente mamá del pequeño Jesús, después de haber sido trasplantada de un útero en 2020.
Este mismo lunes se ha celebrado la presentación de un innovador procedimiento que sin duda constituye uno de los hitos científicos de este año. Todo comenzó en 2015 cuando el Hospital Clinic de Barcelona obtuvo los permisos de comités de ética y del Departamento de Salud para llevar a cabo un programa experimental para trasplante de útero en cinco casos con síndrome de Rokitansky, que son mujeres que nacen sin útero ni trompas de Falopio, pero sí con ovarios.
La primera elegida fue nuestra protagonista Tamara Franco, quien empujada por su deseo de ser madre desde pequeña, se sometió en octubre de 2020 a una cirugía de 20 horas para el trasplante del útero que le donó su hermana. A los dos meses, a la paciente le vino la regla, "una primera señal de que el procedimiento había funcionado, tal como ha explicado el doctor Francisco Carmona, jefe de Servicio de Ginecología del Clínic.
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El siguiente objetivo era que se quedara embarazada, añade el doctor, "algo que también se logró el pasado mes de septiembre de 2022, tras más de una transferencia de embriones y un aborto".
En el embarazo, Tamara sufrió una preeclampsia (una complicación que comporta aumento de la presión arterial) posiblemente derivada de la medicación que toma para evitar el rechazo del útero trasplantado. Para tratarlo, se le practicaron numerosos controles durante la gestación y el equipo médico pudo controlar la preeclampsia hasta los siete meses de gestación, cuando indujeron un parto con cesárea, que tuvo lugar el pasado 10 de marzo, sin complicaciones.
"Ese día llegué a las siete de la mañana y la intervención acabó a las tres de la madrugada. Tamara ha sido muy valiente", aseguró el doctor Carmona. A pesar de nacer prematuro (con poco más de un kilo), el pequeño Jesús, hijo de Tamara, evolucionó correctamente durante su ingreso en la UCI neonatal y, una vez ha alcanzado los 3,2 kilos de peso y sus pulmones han madurado, ya ha sido dado de alta: tanto el pequeño como sus padres ya pueden regresar a su casa, en Murcia.
"Es una historia llena de emoción que parte de una mujer que es pura fuerza y que no se iba a parar ante nada a punto nos dio mucho valor para ponernos manos a la obra. Pensé que se llamaría como alguno de los médicos pero se llama como su padre y su abuelo. Los cirujanos no lloramos y apartamos las emociones y somos bloques de hielo en quirófano porque las cosas tienen que salir muy bien", ha confesado en rueda de presa el doctor Antonio Alcaraz, jefe de servicio de Urología de dicho hospital. "Estamos acostumbrados a curar tumores o mejorar la calidad de vida de los pacientes, pero esto es un paso más porque en este caso estamos creando vida".
Igualmente, Manuel Bacells, consejero de Salud de Cataluña ha asegurado que "es un pequeño milagro de la ciencia. Son días que te hacen sentir orgulloso del sistema público de salud que tenemos". Porque sin duda, "es un día de celebración y hay que poner en valor nuestra sanidad y al Hospital Clínic. Intentamos ser un hospital pionero. Felicitación a los padres y gracias por la confianza en nuestro centro y equipo", ha añadido por su parte el Dr. Josep María Campistol, director general del Hospital Clinic.
Según explican los expertos, "como el útero tiene una función esencialmente reproductiva y la paciente ha expresado que no quiere tener más hijos, se procederá a retirarle el órgano trasplantado, para evitar que tenga que seguir de por vida tomando medicación para evitar el rechazo".
"Al ser un procedimiento llevado a cabo por la sanidad pública, no exento de riesgos para la donante y la receptora y con una finalidad reproductiva, puede haber un 'debate ético', algo que es 'positivo'", señala el doctor. En concreto, "este caso ha recibido la aprobación de los comités de ética del mismo hospital (Clinic) y de Cataluña. También ha habido previamente otros casos en el mundo, donde ya se han llevado a cabo más de 100 trasplantes de útero y han nacido más de 50 niños, lo que da una idea del tremendo éxito de esta técnica".
Tanto es así que el doctor ha considerado que podría aplicarse ya a otras indicaciones, como por ejemplo, "mujeres con factor de infertilidad uterino absoluto, bien porque no tienen el órgano desde el nacimiento, no funciona correctamente o porque lo han perdido por enfermedad (como el cáncer), con el fin de ir avanzando y algún día poder pasar "de la investigación a la práctica clínica".