En España, más de 150.000 personas conviven con párkinson, una enfermedad neurológica, crónica y progresiva que no sólo afecta a personas mayores. En la actualidad, un 15% de los casos diagnosticados son de menores de 50 años, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Cada año se diagnostican unos 10.000 nuevos casos de enfermedad de Parkinson, habiéndose duplicado su prevalencia en los últimos 25 años.
Todavía se desconoce las causas o las causas última que pueden estar detrás del desarrollo de esta enfermedad, pero lo que sí se conoce es que "podría deberse a una combinación de factores genéticos, medioambientales y los derivados del propio envejecimiento del organismo", tal como expone la Federación Española de Párkinson, donde se puede encontrar toda la información y los recursos necesarios para pacientes y familiares de párkinson.
- Edad
- Factores genéticos
- Factores medioambientales
En cuanto a la edad, es cierto que es, sin lugar a dudas, uno de los principales factores de riesgo, es decir, a mayor edad, más riesgo de padecerla. "Sobre todo, a partir de las sexta década de vida, la incidencia y la prevalencia de esta enfermedad aumenta exponencialmente", explica el Dr. Álvaro Sánchez Ferro, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la SEN, con motivo del Día Mundial del Parkinson (11 de abril).
Así, y según las estimaciones realizadas, la enfermedad de Parkinson afecta a un 2% de la población mayor de 65 años y pasa a ser al 4% en mayores de 80 años. Por ello, "calculamos que en España, y debido al progresivo envejecimiento de nuestra población, el número de afectados se triplique en los próximos 30 años", añade.
Por otro lado, y en cuanto a los factores genéticos, tal como expone la Federación Española de Párkinson, el 90% de los casos no se deben a una alteración genética concreta, pero "se estima que entre el 15% y el 25% de las personas que tienen la enfermedad cuentan con algún pariente que la ha desarrollado".
Y por último, en cuanto a los factores ambientales que se han descrito, apuntan por su parte desde la SEN, son la exposición a pesticidas, a disolventes industriales o a la contaminación del aire. También y según añade la SEN, otros factores como la hipertensión o la diabetes tipo 2 se han asociado a mayores probabilidades de desarrollar la enfermedad de Parkinson, así como las "infecciones por helicobacter pylori o hepatitis C; ambas también se han asociado a un mayor riesgo.
En este sentido, "se hace muy necesario llevar a cabo estrategias de prevención sobre aquellos factores que ya conocemos que pueden aumentar el riesgo de padecer la enfermedad", comenta el doctor Sánchez Ferro. Así, "sabemos que un buen estilo de vida ayuda a protegernos contra la enfermedad de Parkinson y esto incluye: realizar ejercicio físico de forma regular y optar por la dieta mediterránea", asegura.
Sabemos que un buen estilo de vida ayuda a protegernos contra la enfermedad de Parkinson: ejercicio físico y dieta mediterránea
Como comentamos en este artículo, publicado durante la Semana Mundial del Cerebro del 2022, celebrada el pasado mes de octubre), es fundamental para protegernos o disminuir el riesgo de tener una enfermedad neurológica llevar hábitos cerebrosaludables como el llevar una alimentación basada en la dieta mediterránea, hacer ejercicio de forma regular, realizar actividades que estimulen la actividad cerebral y nos mantengan activos o evitar tóxicos como el tabaco y el alcohol.
Cómo llegar a un diagnóstico temprano: síntomas
La enfermedad de Parkinson no tiene cura pero sí tratamientos médicos que ayudan a mejorar todos sus síntomas y por ende, la calidad de vida de pacientes y familiares. Según unestudiopresentado en 2022, más del 50% de las personas cuidadoras de personas con párkinson (el 69% mujeres) presentan síntomas depresivos tras dos años de cuidados.
"Un diagnóstico temprano permite iniciar el tratamiento de esta enfermedaden las primeras fases, lo que ayuda a mejorar la calidad de vida de los pacientes, prevenir complicaciones y minimizar la discapacidad a largo plazo", señala Sánchez Ferro. Por ello, es clave conocer no sólo el porqué puede aparecer la enfermedad de Parkinson sino también el cómo aparece: esto es, conocer todos sus síntomas o señales de alarma para acudir cuanto antes a un especialista que nos valore.
"Si llegamos a detectar a personas afectados de manera muy temprana, se estaría más cerca del gran objetivo de ralentizar, detener o incluso invertir el proceso de la enfermedad", comentaba a laSexta.com el Dr. Eduard Tolosa, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Clínic de Barcelona, coordinador (junto con la Dra. María José Martí) del proyecto 'Envejecimiento Cerebral Saludable', un estudio que "tiene como fin identificar a las personas con un alto riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Parkinsonpara poder instaurar una terapia lo antes posible que pueda anticiparse incluso a la aparición de los síntomas motores".
Los síntomas más precoces del parkinson -que en ocasiones suelen aparecer hasta 10 años antes del comienzo de la enfermedad que se diagnostica cuando aparecen los síntomas motores- que se llaman síntomas prodrómicos son: pérdida de olfato, tener pesadillas muy intensas por la noche, estreñimiento importante y la depresión.
Por otro lado, los síntomas principales y características de la enfermedad de Parkinson son los síntomas motores: lentitud de movimiento, temblor (no siempre, en el 30% de los casos no existe), rigidez muscular, falta de equilibrio, etc.
"Los síntomas motores no siempre son los primeros en aparecer al inicio de esta enfermedad. Hasta en un 40% de los casos la primera manifestación del Parkinson es la depresión y, esto, puede llevar a diversos errores diagnósticos. Entre otros síntomas no motores destacan la ansiedad, los problemas cognitivos, trastornos del sueño, dolor, estreñimiento, problemas de deglución o en la función genitourinaria", añade el doctor Sánchez Ferro. Es por ello, fundamental no asociar la enfermedad de Parkinson únicamente a la sintomatología motora, cuando en realidad es una enfermedad que se puede manifestar de muchísimas otras formas.
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"Además, cuando los primeros síntomas de la enfermedad no son los motores o no son tan evidentes puede ser complicado identificarla de forma temprana e incluso difícil de diferenciar de otros síndromes parkinsonianos. Actualmente tenemos en España un retraso diagnóstico de entre 1 y 3 años y esto hace que aproximadamente un tercio de los nuevos casos estén aún sin diagnosticar", concluye el experto.