No a todos nos tienen que apetecer siempre las navidades. No siempre podemos tener ganas. Ausencias de seres queridos, enfermedades con las que estamos lidiando, conflictos familiares aún abiertos... O porque simplemente no nos gustan nada estas fechas. Sea lo que sea, no pasa nada por no querer celebrar la Navidad.

"Es importante tenernos en cuenta y hacernos también un poco de caso. Porque no tenernos a nosotros mismos en cuenta por querer satisfacer los deseos de los demás, crea mucho malestar interno", afirman a laSexta.com Cecilia Martín Sánchez y Marina García Fuentes, psicólogas y directoras del EXTERNO|||Instituto de Psicología Psicode (@institutopsicode).

Y ese abandono con respecto a nuestros sentimientos, opiniones o deseos "nos crea resentimiento hacia nosotros mismos y puede generar ansiedad e inseguridad, afectando a nuestra autoestima", añaden las responsables de este centro, con sede en Madrid, Alicante y Valladolid.

No tenernos en cuenta por querer satisfacer los deseos de los demás, crea mucho malestar interno y ese abandono con respecto a nuestros sentimientos u opiniones puede generarnos ansiedad e inseguridad

Cecilia Martín y Marina García, psicólogas

De ahí que sea importante valorar si realmente queremos ir o no a la cena de Nochebuena o comida de Navidad con nuestros familiares o amigos. Y sobre todo quitarnos la culpa o ese tener que ir por obligación.

Porque debemos recordar que "la Navidad es la época del año en que nos sentimos más 'presionados socialmente' para ser felices, y aunque realmente para los niños/as sí es una época de ilusión, no lo es tanto para los adultos", explica Martín. Pero realmente ¿son las navidades el mejor momento para obligarnos a ser felices y ser socialmente correctos?

"Es más sano mentalmente aceptar nuestro estado de ánimo, sea cual sea y ser asertivos a la hora de decidir si voy o no a los eventos sociales. Saber decir no sin sentirnos culpables es un gran aprendizaje que nos trae además, mucha paz mental", asegura. Porque es normal que en ocasiones no nos apetezca celebrar nada. Sean las fechas que sean.

¿Y si decides ir a la comida de Navidad aunque no te apetezca?

Es normal que a veces nos sintamos culpables por no querer celebrar nada. Y bien por obligación o por no quedar mal con nuestros familiares, decidimos ir a la cena de Nochebuena o comida de Navidad.

Lo más importante es sentirnos lo más cómodos/as posible y estar con las personas que realmente queremos y evitar las conversaciones o a las personas con las que no queremos estar. Para ello, las psicólogas Martín y García ofrecen cuatro consejos.

1. Siéntate cerca de tus personas más afines

Es de gran ayuda que "antes de asistir a la cena/comida, hagas un listado de las posibles situaciones que te desquician y que te pueden pasar. De esta forma, crea un protocolo para saber cómo mantener la calma, porque esto ayuda a reducir incertidumbres y nos dará más sensación de control", asegura la experta.

También es importante intentar buscar un sitio en el que sentirnos cómodos, cerca de las personas con las que más afinidad tengamos o más tranquilidad nos den.

2. Piensa en la comida como si fuesen 'etapas' o fases

Otro recurso de utilidad es plantearte la reunión por etapas. Por ejemplo, tal como explican las expertas: etapa uno: el encuentro inicial; etapa dos: los platos; etapa tres: el postre; etapa cuatro: sobremesa y regalos si los hay, y etapa cinco, la despedida.

Cuando pienses en la cena preséntala a tu cerebro como si fuera una etapa de un tour que tenemos que recorrer. "Así será más fácil de 'digerir emocionalmente' esa cena porque vemos el evento más acotado en el tiempo. También, es importante ir felicitándote por cada etapa que pasas y animándote para la siguiente".

3. Intenta llevar a la cena algo que te guste para pasar el tiempo

Puede ser también de gran ayuda el llevar algo que te guste para así, al menos durante un rato, centrar la conversación o el tiempo en algo que te guste a ti.

Por ejemplo, llevar un álbum de fotos o un video antiguo para ver, un juego de mesa si te gustan o incluso preparar conversaciones que te hagan más grata la velada.

4. Adelántate al año que viene

Si no te gusta o no quieres volver a juntarte otra vez al año que viene, "actúa como si fuera la última vez que fueras asistir a esa reunión", aconsejan las expertas.

Así, puedes dar por ejemplo, "algún tipo de mensaje donde se deje ver o entrever que el año que viene no te vas a comprometer tanto a asistir, y ello dará un poco de alivio al pensar que quizá, dentro de un año, no se repita el evento o al menos tú no estarás en él, si no quieres", finalizan.