Parejas
Qué son las 'situationship', las relaciones sin etiquetas ni ataduras que triunfan entre la generación Z
Entre líneas Los 'centennials' pusieron de moda esté término para referirse a las relaciones en las que existe un vínculo romántico y/o sexual entre los miembros, pero sin necesidad de oficializarlo o de definirlo.

Tras el breadcrumbing o el ghosting, llega un nuevo anglicismo vinculado al mundo sentimental: 'situationship', esto es, relaciones con un vínculo sentimental y sexual, pero sin etiquetas, sin vínculos y sin la necesidad de definir el tipo de relación que se tiene. La generación Z y los 'centennials' (los nacidos entre los años 1995 y 2010) han sido los pioneros en crear esta forma de relación, que podía ser parecida o similar al amigo con derecho a roce o al 'follamiago' de toda la vida.
Pero ¿qué hay detrás de esto? ¿Existe un miedo a formalizar una relación por miedo al fracaso? ¿O simplemente quieren los jóvenes vivir las relaciones según el momento vital en que se encuentren? Antes de nada, debemos explicar que "la generación Z ha dado un salto cualitativo con respecto a generaciones anteriores en el amor, en el sexo y, en general, sobre uno mismo", explica a laSexta Silvia Cintrano, psicóloga especialista en Terapia de Pareja y sexóloga de Instituto Centta.
"Han vivido la pandemia del COVID-19 en un momento de desarrollo personal y han visto cómo generaciones anteriores lo han tenido difícil, tanto para expresar quiénes son como para conseguir sus metas. Por todo, esta generación es más consciente y reflexiva sobre su identidad, su momento vital y sus objetivos, en un contexto más abierto ante sexualidades diversas, tipos de relación y formas de vivir", explica la psicóloga.
Ahora bien, tal como aclara esta profesional, "esto no significa que no puedan desear una relación estable y un proyecto para construir un futuro en pareja. Simplemente, no existe la presión de 'lo que se debe hacer'. Esto es, se entiende que puedo (y merezco) buscar una pareja o un estilo de vida que se adecúe al momento vital en el que esté, y que esos momentos cambian según los años y las circunstancias".
Tanto es así, que datos del informe 'Future of Dating 2023', de Tinder, ya mostraban que hasta un 80% de los jóvenes admitían que su prioridad no es buscar a su príncipe/princesa, sino cuidarse a sí mismos a la hora de conocer a alguien. Además, un 79% deseaba que su posible pareja estuviera en la misma sintonía que ellos/as.
La influencia (y problemas) de las redes sociales
También hay que tener en cuenta que "la generación Z es la primera generación de nativos digitales del siglo XXI", explica por su parte Marta Abanades Sánchez, profesora de Habilidades Comunicativas, Dirección de Personas e Inteligencia Emocional en la Universidad Europea. Tienen acceso a gran cantidad de información en redes sociales y a veces no saben discriminarla ni evaluar su veracidad. Están acostumbrados a los cambios rápidos y buscan gratificación inmediata: "Lo quieren todo al momento, porque es la experiencia que tienen con las tecnologías".
Pero hay que tener en cuenta, añade Abanades, que esta generación también enfrenta a problemas de salud mental, algunos de ellos, relacionados con la exposición a las redes socialesy con problemas, por ende, que antes no existían.
"Uno de cada 8 niños recibe acoso sexual en Instagram cada 7 días; uno de cada 10 niños recibe bullying en redes sociales y uno de cada 5 se siente peor consigo mismo después de ver información en Instagram", exponía Arturo Béjar, exdirectivo de Facebook, en el especial de Salvados, 'Redes sociales: la fábrica del terror'.
Y todo este contexto influye, como no, también en el amor y en las relaciones: "Las características de las generaciones van cambiando y así se van normalizando conceptos y terminologías en las relaciones", afirma Abanades. Y surgen, por ende, nuevas formas de relaciones como las las situationships.
Cómo funcionan (y triunfan) las 'situationship'
"Las situationships son aquellas relaciones en las que existe un vínculo romántico y/o sexual entre los miembros de la relación, sin necesidad de oficializar la relación o definir con términos más formales el vínculo generado", detalla Cintrano.
Por ello, y en relación con lo comentado, "la generación Z se caracteriza por ser consciente de sus necesidades, de su forma de vincular y de lo que espera en cada momento de su vida (o por lo menos darse un espacio para reflexionar sobre ello). Por tanto, las situationships encajan perfectamente en esta filosofía de vida: nos aportamos hasta donde se necesita en este momento de su vida, aprovechan el momento y viven el vínculo generado sin exigencias ni presiones. Y fluyen con ello".
Y ello no significa, insiste la psicóloga, que no quieran o no puedan tener una relación estable (porque, de hecho, las tienen), sino que "simplemente esa relación va generándose sin necesidad de añadir más etiquetas. Mientras la relación se vaya adaptando a las necesidades de sus miembros, siguen adelante con ello desde una absoluta libertad, lo cual no significa una carencia de compromiso".
Tampoco hay acuerdos de exclusividad entre las personas, con la posibilidad y abertura de mantener más situaciones o relaciones bajo esta circunstancia. "En esta generación muchas de estas citas o relaciones se dan bajo la captación de las redes sociales, no hay profundidad", explica Abanades.
Las circunstancias cambian, las relaciones también
En generaciones anteriores, como la de los 'babyboomers', "existía ese gran propósito o reto por conocer a alguien, partiendo de la base que solo podían optar por la presencialidad y la persistencia de conocer a una persona para obtener una relación seria con ella (y esto en su mayoría requería sacrificio, empeño y tiempo)", añade Abanades.
Así, aclara esta experta, que si en generaciones anteriores, la prioridad era el trabajo para poder emanciparse con la pareja, actualmente la sociedad se encuentra en una situación laboral precaria y de inestabilidad económica por lo que, esta situación puede extrapolarse o influir en las relaciones: "No voy a poder emanciparme por lo que, tener una pareja estable tampoco está dentro de mis preferencias".
Para Cintrano, las 'situationship' no es el resultado del miedo al fracaso, sino simplemente de la posibilidad de construir una relación a medida que se adapte a la situación concreta que se vive, sin la presión de que tiene que ser perfecta y para siempre. Es decir, no se produce desde la "exigencia" de antaño y de generaciones anteriores de tener que tener una pareja estable sí o sí y 'tener que' formar una familia.
En caso de ruptura, esto es, en el caso de que esta 'situationship se rompa, explica la psicóloga, "el duelo no responde a la etiqueta que se le haya puesto al tipo de relación, sino al vínculo que se tenga con la otra persona, al apego, expectativas y compromisos generados".
De hecho, y tal como concluye Cintrano, "en muchas ocasiones esta situación no definida genera una sensación de ambigüedad que hace que el duelo sea más complicado si cabe. Al ser una relación no definida, que fluye, ante una ruptura es complicado volver a tener un rol de amistad y saber de qué manera relacionarse con la otra persona. Esto puede generar malentendidos y hacer que el duelo se complique".
En estos artículos os contábamos cómo hacer frente a este tipo de situaciones cuando alguien quiere una relación más estable y la otra persona no o cómo olvidarse de alguien que te quiere sólo a ratos y te hace 'breadcrumbing'.