Y si suspenso la EvAU o EBAU, y si no entro en la universidad que quiero, y si no consigo la nota que necesito... Sí, la vida está llena de incertidumbres y en los momentos más inoportunos aparecen las dudas y las inseguridades. Pero como todo en la vida: esto también pasará.
Todo cambia con el paso de los años y con la perspectiva que da el tiempo. Esta situación tan estresante de exámenes se relativiza y la selectividad se ve simplemente como una prueba más que debemos pasar en nuestra vida, como uno de tantos trámite que debemos hacer para terminar nuestros años de bachillerato y empezar una nueva etapa. Que no es poco. Pero no será, ni mucho menos, definitivo en nuestra vida profesional. Pero aún, y en el fragor de la batalla, es difícil divisar.
"Aunque la selectividad parezca decisiva, no tiene por qué ser así. Hay múltiples formas de llegar a tus metas y para poder verlas y tenerlas en cuenta es importante tomar perspectiva y visualizarlas a largo plazo", afirma a laSexta.com Ana Luque, psicóloga sanitaria del centro de psicología Área Humana.
Hay múltiples formas de llegar a tus metas y para poder verlas y tenerlas en cuenta es importante tomar perspectiva y visualizarlas a largo plazo
Uno de los problemas principales, añade esta experta, es que hay muchos jóvenes que tienen clara su vocación y no van a poder acceder a la carrera que desean. Esto por desgracia es una realidad, pero no tiene que ser necesariamente 'terrible' (porque siempre podemos buscar otras opciones), pero es precisamente esta 'terribilitis' la que produce mayor perturbación y nos dificulta ver otras opciones.
"Cuando deseamos algo mucho y no lo conseguimos, solemos tener este sentimiento de fracaso (si no consigo la nota esto será el fin) y no nos damos cuenta de que existen otras opciones. Pero si lo tienes claro, ve a por ello, que no sea una nota la que te lo impida: busca tu motivación, plantéatelo como un reto y apóyate en las personas que te ayuden a encontrar nuevas soluciones. Pregunta también a otras personas mayores de confianza cómo consiguieron lidiar con una dificultad y descubre otros puntos de vista", aconseja la experta.
Es importante además no confundir esfuerzo con fracaso, algo que les pasa a muchos estudiantes cuando están en plenos exámenes. "Y es bueno ayudarles a ver que es precisamente ese esfuerzo el indicativo de que están aprendiendo, y que detrás del aprendizaje vienen buenos resultados", asegura Laura Palomares, psicóloga y directora de Avance Psicólogos.
También hacerles ver que lo importante es "tratar de transmitir en el examen todo lo que saben y lo mejor que puedan, sin pretender la perfección; sencillamente plasmar lo que saben; y que por supuesto es normal tener ansiedad, pero esta bajará poco a poco a lo largo del examen", aconseja la experta.
Como familia, es bueno hacerles ver que entendemos su nerviosismo y preocupación, pero también es bueno ayudarles a enfocar la situación desde otro lado: que si suspenden o no consiguen la nota que desean hay soluciones
Como familia y adultos de referencia, es bueno hacerles ver que entendemos su nerviosismo y la preocupación ante una evaluación tan exigente y determinante, "pero es bueno y positivo también ayudarles a enfocar la situación desde otro lado, es decir, que entiendan que aunque no aprueben o no saquen la nota esperada, siempre hay otras soluciones, desde volver a presentarse preparándose con calma, a iniciar otros estudios desde los que reconducir los pasos para llegar a su objetivo de otra manera", explica Palomares.
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Es positivo acompañarles desde la comprensión de la exigencia a la que se enfrentan, sin invalidar en ningún momento lo que sienten y a la vez ayudándoles a ver todas las alternativas que existen. Y sobre todo, ayudarles a ver que tarde o temprano alcanzarán su objetivo, que lo más importante es priorizar el aprendizaje. "Todo ello les hará sentirse apoyados y entendidos, y les ayudará a bajar la ansiedad y el exceso de autoexigencia que puedan tener en estos momentos", finaliza Palomares.