Psicología
No, no todos los niños con altas capacidades intelectuales son iguales: derribamos tópicos sobre los 'superdotados'
Solo el 0,62% de los alumnos en España son detectados con altas capacidades intelectuales (ACI).
Ni tienen el futuro resuelto ni mucho menos podrán superar por sí solos y sin ayuda, los problemas académicos y emocionales que, seguro, tendrán como cualquiera, los niños y niñas 'superdotados' en su futuro. Porque tener altas capacidades intelectuales (ACI) no se trata solo de tener un alto cociente intelectual (CI). Va mucho más allá.
"Las altas capacidades son mucho más que un número. Son una combinación de características intelectuales, emocionales, sociales y personales que varían enormemente de un niño/a a otro. Por lo que no habrá dos niños superdotados iguales: cada cual necesitará sus propias ayudas, necesidades y atenciones", explican a laSexta los autores del libro 'Hijos con altas capacidades, educarlos felices' (RBA), Beatriz Belinchón, abogada especialista en derecho internacional y creadora del blog Hijos con altas capacidades; Mario Belda, ingeniero informático y psicólogo, y Maider Belda, psicopedagoga.
Porque sí, los niños con altas capacidades también, como todos los demás, necesitan la ayuda de sus adultos para crecer y desarrollarse en todos los sentidos. También, en el académico. Por muy superdotados que sean, no son autosuficientes, como en ocasiones, se puede pensar.
Uno de los problemas de que haya todavía tanta desinformación en el área de las altas capacidades intelectuales es el bajo porcentaje de niños que existe con estas características. Según los datos publicados por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, en los colegios e institutos españoles durante el curso 2021/2022, un 0,62% de los alumnos fueron detectados con altas capacidades. De 8.247.313 alumnos escolarizados durante ese curso, 51.396 fueron percibidos con estas capacidades.
"Sin embargo, aun con estas cifras tan bajas de detección, se sigue escuchando en muchas ocasiones eso de 'ahora parece que todos los niños tienen altas capacidades'", afirma a laSexta Maite Garnica Betrán, directora CES Superdotados y miembro Educar es todo. Y lo cierto, es que existe un infradiagnóstico, estando el problema de detección, añade la experta, en varias variables.
Las dos principales son, por un lado, la enorme falta de formación que hay aún en el profesorado -que es el agente de primer nivel, que debería detectar indicadores de alta capacidad en su alumnado para que, posteriormente, se derive a ser valorado por el orientador o el especialista-, y por otro, los numerosos mitos y tópicos hay que aún tan extendidos en la población general, incluso en el ámbito de la enseñanza.
"La alta capacidad implica sentir, pensar y relacionarse de forma cualitativamente diferente, y si no son detectados, pueden desarrollar dificultades presentes o futuras", explica la experta. Por lo que es importe ver más allá del CI.
Hay que entender el perfil completo de los niños/as con altas capacidades
"El CI es una herramienta útil para identificar habilidades cognitivas, pero no nos da una visión completa del niño/a, es importante entender el perfil completo de cada niño", explican los autores del libro anteriormente citado, Belinchón y Mario y Maider Belda, que han vivido, viven o conviven con niños de altas capacidades. Belinchón es mamá de niña con altas capacidades y Mario y Maider Belda han sido y son, niños y adultos, con altas capacidades intelectuales.
Y entender ese perfil completo implica "analizar numerosos aspectos como la personalidad, el carácter, sus recursos emocionales, su plasticidad mental, la capacidad para gestionar las relaciones sociales y el entorno en el que crecen. Cada uno de estos factores influye en cómo el niño/a experimenta y maneja sus altas capacidades".
Así, cuando hablamos de educación especial, afirma por su parte Ghada Aboud, coordinadora del grado de Educación Infantil en la Universidad Europea, "siempre tendemos a pensar en aquellos niños y niñas que presentan alguna necesidad educativa o discapacidad, pero, no se suele tener en cuenta las necesidades educativas de aquellos y aquellas que presentan una sobredotación intelectual".
A esto además, hay que añadir que sobre la etiqueta de altas capacidades intelectuales, siempre va asociada "una serie de mitos que hace que, los niños superdotados, se conviertan en los grandes olvidados del sistema educativo".
Por ello es importante derribar todos esos mitos y conocer de verdad cómo es un niño superdotado o con altas capacidades intelectuales: "Tienen necesidades educativas relacionadas con sus intereses, motivaciones, potencialidades, estilos de aprendizaje, ritmos pero también pueden dificultades en otras áreas, como el área social y afectiva", explica Aboud.
Las características comunes de los niños con altas capacidades y los 10 mitos a derribar
1. Características comunes
"La elevada inteligencia hace que estos niños presenten características cualitativas asociadas de forma común", explica Garnica Betrán. Y estas características comunes, se unen a los rasgos de personalidad individuales, diferentes de cada niños, que hace que presenten tantas formas de alta capacidad, como niños de altas capacidades haya.
Además de tener una capacidad intelectual superior a la media, los rasgos comunes que presentan los niños con altas capacidades intelectuales son, según enumera esta profesional:
- Elevada sensibilidad. Algo que les lleva a sentir intensamente las emociones, sufrir por las injusticias, percibir de forma acusada a través de uno o varios sentidos, gran capacidad empática con las debilidades ajenas.
- Presentan un desajuste o disincronía entre su desarrollo intelectual muy elevado y su desarrollo emocional, no tan avanzado, sino propio de su edad. Esto hace que puedan entender la vida, las situaciones de una forma muy consciente, y que no siempre puedan afrontarlas desde las emociones sin que les afecte.
- Es muy común la baja tolerancia a la frustración ante el error, o cuando sus expectativas no se cumplen, siendo además autoexigentes en lo que les interesa.
- Tienen intereses diferentes a los niños de su edad, cuando un tema les llama la atención quieren profundizar en él, deseando saber y aprender todo sobre ello.
- Presenta un lenguaje avanzado para su edad, con un uso de vocabulario rico, que utilizan con buena precisión y contextualización.
- A veces son muy literales en su interpretación de las situaciones o de los mensajes que se les dan.
- Son creativos, no en lo artístico, sino en presentar un pensamiento divergente, fluido y con múltiples relaciones entre conceptos e ideas.
- Se plantean cuestiones trascendentales a edades más tempranas que otros niños, y de una forma profunda.
Todas estas características se desarrollar o cursan de forma diferente en cada uno de los niños/as y cada uno se gestiona de forma diferente según su personalidad individual.
"Por eso tienen necesidades o riesgos distintos. Es fundamental conocer sus rasgos y su manejo emocional, para poder entender y prever lo que necesiten", subraya Garnica Beltrán.
Las altas capacidades intelectuales pueden variar incluso entre hermanos superdotados...
Las altas capacidades no son una fórmula fija, sostiene Belinchón y Mario y Maider Belda, pueden variar, incluso entre hermanos. "Cada niño/a es un mundo, y las altas capacidades intelectuales se manifiestan de formas muy diferentes dependiendo de múltiples factores.
Por ejemplo, "hay niños/as que destacan por su creatividad, otros por su sensibilidad emocional o su capacidad de razonamiento lógico. Algunos pueden avanzar con facilidad en contextos académicos, mientras que otros experimentan dificultades que no están relacionadas con su capacidad intelectual, sino con aspectos emocionales, sociales o incluso pedagógicos".
También, destacan los expertos, "la personalidad y el carácter del niño/a influyen enormemente en cómo gestionan sus altas capacidades. Por ejemplo, un niño con una personalidad extrovertida y recursos sociales bien desarrollados puede integrarse fácilmente en un grupo, mientras que otro, más introspectivo, puede sentirse aislado o incomprendido".
Además, son claves y fundamentales el entorno familiar y escolar: "Ambos marcan la diferencia: un entorno que valida y apoya sus necesidades les ayudará a desarrollarse de forma saludable, mientras que la falta de comprensión y recursos puede generar frustración o conflictos".
2. Los mitos que debemos desterrar de los niños con altas capacidades intelectuales
Como vemos los niños con altas capacidades no son como muchas veces hemos pensado, por ello es importante derribar todos aquellos mitos que han acompañado a las personas superdotadas a lo largo de la vida. Así la profesora de la Europea, Ghada Aboud, enumera todos estos mitos y enunciados que son FALSOS.
- Triunfan ante toda adversidad en su camino de manera autodidacta.
- Son capaces de resolver y avanzar por sí mismos sin ayuda del adulto.
- Poseen un carácter prepotente ante su grupo de iguales y tienen problemas en la manera de relacionarse.
- Triunfan en el ámbito académico.
- Nunca triunfan en lo social.
- Se aburren siempre en la escuela.
- Tienen una gran motivación por todos los temas y destacan en todos ellos.
- Obtienen unos excelentes resultados académicos destacando en todas las áreas.
- Son realmente niños sobre estimulados por las familias y sin ese estímulo serían como el resto de los niños.
- No requieren de apoyo, ni de estimulación ni de ayuda.
"Hay que tener presente que no hay dos niños y niñas iguales con un mismo patrón. Existen una serie de características específicas comunes que nos permiten identificar las altas capacidades cada caso es diferente, especial y único. Por este motivo, debemos saber entender y atender, por partes iguales, detectando e interviniendo, para que tengan las mismas oportunidades que cualquier otro niño/a", explica la profesora.
Consejos para las familias con hijos/as con altas capacidades intelectuales
Belinchón, y Mario y Maider Belda, los autores del libro anteriormente citado, y que tienen además, bien ellos o sus hijos altas capacidades intelectuales ofrecen a las familias algunas claves que seguro serán de ayuda en el camino.
Sobre todo, en el momento de la detección, en el momento en que las familias se preguntas: "Mi hijo tiene altas capacidades intelectuales, ¿y ahora qué? ¿Qué tengo que hacer para ayudarle lo mejor posible en su desarrollo, para que sea un niño/a feliz?
1. Date permiso para aprender: toma tu tiempo para entender las altas capacidades
Lo más importante es no tener prisa y hacer las cosas al ritmo que cada uno necesite. Muchas familias no tienen claro qué significa exactamente tener altas capacidades intelectuales y eso es normal porque como hemos dicho a lo largo de este reportaje, todavía se sabe muy poco sobre ello.
Por ello, los tres especialistas animan sobre todo a informarse: leer libros especializados, asistir a charlas, escuchar a otras familias que han pasado por lo mismo. Además, "solemos insistir en la importancia de hablar con los profesores de los hijos, entender cómo son en el aula y si necesitan algún apoyo la hora de trabajar con ellos. Aunque parezca que no es suficiente, empezar con pequeños pasos ya marca la diferencia".
2. Valida sus emociones
Siempre recordamos a las familias que estos niños suelen experimentar el mundo con una intensidad especial, tanto a nivel emocional como sensorial. Esto a veces puede hacer que se sientan "fuera de lugar" o que los demás no les entiendan.
"En estos casos, lo mejor que podemos hacer como padres es validar sus emociones: decirles que lo que sienten está bien, escucharles sin juzgar y aceptar que su forma de ver el mundo es única. Esto no significa tener todas las respuestas, sino estar ahí para ellos, transmitiendo que no están solos y que cuentan con nuestro apoyo incondicional", recomiendan.
3. Ten paciencia: las disincronías forman parte del proceso
Pueden ser muy avanzados intelectualmente, pero emocional o socialmente aún están aprendiendo. Esto, que llamamos disincronía, a veces genera frustración tanto en ellos como en las familias. Por ello, es importante tener paciente, aunque sea fácil decirlo. "Estos niños están construyendo su propio camino, y aunque no siempre es fácil, con amor, tiempo y comprensión, todo encaja. Es importante permitirles cometer errores, explorar y aprender a su propio ritmo", sostiene los expertos. Al final, es lo mismo que con cualquier otro niño.
4. Cuida de ti mismo
"Criar a un niño con altas capacidades puede ser intenso, y lo sabemos", confiesan los autores. Habrá días en los que todo fluya y otros en los que la intensidad de sus preguntas, sus emociones o sus necesidades nos desborden. Por eso, es clave recordarles a las familias que cuidar de ellos empieza por cuidarse a uno mismo.
Así, es importante reconocer, como padres/madres, nuestras propias emociones, trabajarlas y aprender a manejarlas para transmitirles a los pequeños calma y seguridad. "Les animamos a buscar apoyo cuando lo necesiten, ya sea en grupos de familias, talleres o profesionales especializados. No se trata de ser perfectos, sino de estar disponibles emocionalmente para ellos", finalizan los expertos.