El cortisol está de moda. De la noche a la mañana, las redes sociales se han llenado de publicaciones señalando los peligros de tener niveles altos de cortisol.

El problema es que no todo lo que se puede encontrar sobre esta hormona es del todo cierto. Dado que abundan los mitos sobre la llamada "hormona del estrés", descubramos qué es exactamente el cortisol, qué funciones tiene y qué pasa cuando está demasiado alto o bajo.

Espóiler: los problemas de cortisol provocan síntomas que también se encuentran en otras enfermedades, de modo que es frecuente que se produzcan diagnósticos erróneos.

Qué es el cortisol: cómo lo produce el cuerpo y por qué

El cortisol es una hormona glucocorticoide, es decir, es una de las que se encargan de la regulación del metabolismo de los carbohidratos, favoreciendo la formación de glucosa y suprimiendo la actividad del sistema inmunológico.

En momentos de estrés y/o peligro, cuando el hipotálamo, ubicado en el cerebro, recibe ciertas señales nerviosas y hormonales, comienza la producción de cortisol como un mecanismo de protección. La secreción de esta hormona tiene lugar desde las glándulas suprarrenales, situadas encima de los riñones.

El cortisol interactúa con múltiples sistemas del cuerpo por lo que, para el bienestar general, es clave mantener una regulación adecuada. La liberación del cortisol sigue un ritmo circadiano, es decir, un ciclo de 24 horas que se incrementa durante el día, para estar alerta a posibles amenazas, y se reduce por las noches para favorecer el descanso.

Las funciones principales del cortisol son:

  • Regula el metabolismo: Participa en el metabolismo de carbohidratos, proteínas y grasas. El cortisol estimula la producción de glucosa para alimentar a las células. Cuando el cuerpo percibe peligro, el cortisol detiene la absorción de glucosa para generar energía.
  • Funciona como respuesta al estrés: El cortisol, que se libera en situaciones de estrés físico o emocional, ayuda al cuerpo a responder y adaptarse.
  • Tiene un efecto antiinflamatorio: Suprime la respuesta inflamatoria del sistema inmunológico y previene la liberación de sustancias que causan inflamación.
  • Regulación del sistema inmune: Modula la función inmunológica. Un nivel alto de cortisol puede tener un efecto inmunosupresor.
  • Controla de la presión arterial: El cortisol regula la presión sanguínea. Se ha demostrado que se pueden reducir los niveles de presión sanguínea si también bajamos la cantidad de cortisol en nuestro organismo. Regula el equilibrio de agua y electrolitos en el cuerpo.
  • Influye en los ritmos circadiano y el sueño: Los niveles de cortisol varían a lo largo del día, siendo más altos por la mañana y más bajos por la noche. De esta manera, influye en los patrones de sueño y vigilia.
  • Memoria: Participa en procesos relacionados con la formación y consolidación de recuerdos.
  • Desarrollo fetal: Es crucial para el desarrollo de órganos en los fetos, sobre todo, los pulmones.

¿Cómo detectar niveles altos o bajos de cortisol?

Para medir los niveles de esta hormona, basta con hacer un análisis de sangre. También se pueden hacer mediciones en saliva y otros líquidos biológicos como la orina a diferentes horas del día para observar las variaciones diurnas de la hormona (test de variación diurna de cortisol, TVDC).

Qué pasa si tienes el cortisol alto

El cortisol se libera para protegernos en situaciones de peligro, pero tener niveles altos de esta hormona no es beneficioso. Cuando esta hormona se mantiene elevada puede derivar en una alteración endocrina conocida como "hipercortisolismo". Por ejemplo, en casos de sufrir ansiedad, el cuerpo puede percibir amenazas que no son reales, lo que provoca una liberación constante y excesiva de cortisol, afectando negativamente al organismo.

Si tienes el cortisol alto de forma crónica, pueden ocurrir varios efectos negativos en tu organismo como los siguientes:

  • Aumento de peso, sobre todo en la parte superior del cuerpo y abdomen. Con el cortisol alto se da una redistribución de la grasa corporal característica de esta situación.
  • Cambios en la piel como acné, estrías púrpuras y facilidad para que salgan hematomas.
  • Aumento del vello corporal (hirsutismo), especialmente en mujeres.
  • Pérdida de masa y fuerza muscular.
  • Reducción de la libido, problemas de fertilidad e irregularidades menstruales.
  • Problemas de sueño e insomnio.
  • Fatiga y debilidad.
  • Cambios de humor, irritabilidad, ansiedad y depresión.
  • Problemas cognitivos como dificultad para concentrarse.
  • Presión arterial alta.
  • Alteraciones metabólicas como resistencia a la insulina y diabetes.
  • Supresión del sistema inmunológico, haciéndote más susceptible a infecciones.
  • Problemas óseos como osteoporosis.
  • Síntomas gastrointestinales como úlceras o colon irritable.

Cuando el cortisol está demasiado alto, se puede desarrollar el llamado síndrome de Cushing. Entre sus síntomas se encuentran la obesidad en la parte superior del cuerpo o de distribución central y la cara redondeada, también llamada "cara de luna llena". Otros signos comunes serían la fatiga y debilidad muscular, la irritabilidad, el insomnio o la pérdida de concentración.

Hay diversas razones por las que los niveles de cortisol pueden ser elevados. Trastornos en la glándula pituitaria o los tumores en las glándulas adrenales son algunas de las condiciones asociadas con un aumento de esta hormona. Ciertos medicamentos también pueden tener este efecto secundario. Además, factores como el ejercicio intenso, el embarazo, la obesidad, el estrés, e incluso el uso de anticonceptivos pueden elevar los niveles de cortisol.

¿Qué síntomas indican niveles bajos de cortisol?

Los niveles bajos de cortisol, también conocidos como insuficiencia suprarrenal, pueden manifestarse a través de varios síntomas. Los principales síntomas que indican niveles bajos de cortisol son:

  • Fatiga, debilidad y dolor muscular y articular
  • Pérdida de peso involuntaria
  • Disminución del apetito
  • Náuseas y vómitos
  • Dolor abdominal
  • Hipotensión (presión arterial baja)
  • Niveles bajos de azúcar (hipoglucemia)
  • Deshidratación
  • Antojos de sal
  • Diarrea
  • Alteraciones en la pigmentación de la piel

En casos de insuficiencia suprarrenal grave, pueden presentarse síntomas más severos como confusión, pérdida de conciencia o shock.

En algunas ocasiones, se podría desarrollar la enfermedad de Addison, también conocida como insuficiencia suprarrenal, es una afección poco común que aparece cuando el cuerpo no produce una cantidad suficiente de cortisol y, a menudo, una cantidad muy baja de otra hormona denominada aldosterona.