San Antonio Abad

Cuál es la historia de San Antón y por qué es el patrón de los animales

En el día de San Antón, el 17 de enero, miles de personas llevan a sus mascotas y animales de granja a las iglesias para recibir la bendición, como una forma de agradecer su compañía y pedir protección para ellos.

Un sacerdote bendice a un perro en la iglesia de San Antón de Madrid, a 17 de enero de 2023, en Madrid.Un sacerdote bendice a un perro en la iglesia de San Antón de Madrid, a 17 de enero de 2023, en Madrid.Carlos Luján / Europa Press

Hay un día al año en el que las mascotas cobran un protagonismo especial, sobre todo si sus dueños son católicos. Es el día de San Antón, el santo de los animales domésticos, de pastoreo y granja.

Miles de personas salen a la calle con sus mascotas para ir hasta una iglesia donde un sacerdote los bendecirá. La estampa es digna de presenciar.

En Madrid, por ejemplo, la festividad tiene su epicentro en la conocida Iglesia de San Antón, ubicada en el corazón de la capital. La 'Vuelta de San Antón', un colorido y animal desfile que recorre las calles aledañas el viernes 17 de enero a las 17:00 horas, se ha convertido en uno de los eventos más esperados. La bendición a las mascotas no solo tiene un significado religioso, sino que también es una manera simbólica de agradecer su compañía.

Pero ¿qué hizo San Antón y por qué es el patrón de los animales? En este artículo te explicamos lo que relata la tradición católica sobre Antonio Abad, más conocido como San Antón, y las historias de otros santos que también tuvieron una relación muy especial con el reino animal.

Quién fue Antonio Abad, San Antón

No todo el mundo sabe que Antonio Abad nació en una pequeña aldea de Egipto. Era el año 251 d.C. y su familia no tenía problemas económicos. Se puede decir que creció en un ambiente favorable, pero en un momento dado, decidió renunciar a comodidades para dedicarse a una vida de oración y contemplación en el desierto.

Según las crónicas de su vida, muchas de ellas relatadas por San Atanasio, Antonio quedó profundamente impactado al escuchar en la iglesia el pasaje del Evangelio de Mateo 19:21, donde Jesús dice: "Si quieres ser perfecto, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme".

Fue precisamente durante sus temporadas de retiro en las que vivía como un ermitaño cuando San Antón desarrolló una profunda conexión con los animales. Se dice que pasaba horas observándolos y que incluso llegó a comunicarse con ellos de manera especial.

También cabe destacar sobre la historia de San Antón que, con el tiempo, su estilo de vida marcó el inicio del monacato cristiano.

Los milagros de San Antón con los animales

La iglesia recoge múltiples historias sobre los milagros de San Antón relacionados con animales. Una de ellas es el llamado milagro de los jabatos ciegos por el que San Antón devolvió la vista a unos jabatos que habían nacido sin vista. Según la leyenda, la madre jabalí agradecida lo acompañó durante el resto de su vida.

Otra historia relata cómo San Antón alimentó a cerdos salvajes con pedazos de pan, evitando que destruyeran los cultivos de los campesinos.

Debido a su fama, muchos ganaderos comenzaron a considerarlo como el patrón de sus animales, hasta el punto de que hoy en día, cada 17 de enero, fecha de su fallecimiento, se celebra la festividad de San Antón con bendiciones a todo tipo de mascotas y animales de granja.

Por qué San Antón es el patrón de los animales

En resumen, ateniéndonos a lo que se conoce de la vida de San Antón, podemos decir que es el patrón de los animales por las siguientes razones:

  • Su profunda conexión con la naturaleza: San Antón se retiraba al desierto para contemplar y en ese tiempo pudo desarrollar una estrecha relación con los animales, a los que observaba durante horas.
  • Milagros relacionados con animales: son numerosos los milagros que reconoce la iglesia católica de San Antón vinculados a los animales, como el más conocido de devolverle la vista a unos jabatos neonatos.
  • Protección de animales: entre otras cosas se cuenta que San Antón salvó a multitud de cerdos de ser sacrificados.

Otros santos católicos amigos de los animales

Además de San Antón, otros santos han tenido una relación especial con el reino animal. San Francisco de Asís es el más conocido, considerado patrón de todos los animales y del medio ambiente. También destacan figuras como San Roque, San Pío de Pietrelcina y San José de Cupertino, cuyos vínculos con los animales han dejado historias inspiradoras como vemos a continuación.

San Francisco de Asís, patrón de todos los animales

San Francisco de Asís, cuya imagen se representa rodeado de pájaros, a los que les exhortó escuchar la palabra de Dios, es toda una referencia. En sus imágenes también suelen aparecer peces, corderos e incluso lobos. A San Francisco se le considera el patrón de todos los animales, los veterinarios y los ecologistas y su fiesta se celebra el 4 de octubre, el Día Mundial de los animales.

San Francisco, natural de Asís, en Umbria (Italia), descendiente de una familia con posibles gracias al comercio de telas, decidió abandonar el lujo y la riqueza para servir a Dios y a los pobres. Su participación en la guerra entre Asís y Perugia y una enfermedad le ayudaron a encontrar su camino. Fundador de la orden de los Franciscanos, veía a toda la creación como un reflejo de Dios y se refería a los animales "hermanos" y "hermanas".

El Padre Pío, el de los dones místicos

La historia de la Iglesia católica también cuenta con la historia de San Pío de Pietrelcina, un monje capuchino italiano conocido como el Padre Pío, de quien se dice que tenía una relación tan especial con la naturaleza que los pájaros guardaban silencio durante la consagración en sus misas.

El Padre Pío es conocido por sus dones místicos como la bilocación (estar en dos lugares al mismo tiempo), lectura de corazones (conocer los pecados y pensamientos de quienes se confesaban con él) y sanaciones milagrosas.

San José de Cupertino, el 'santo volador'

De Italia era también San José de Cupertino, al que llaman el Santo Volador por los éxtasis místicos y levitaciones que experimentaba durante su vida de oración. Aunque es el patrono de los estudiantes, los aviadores y los astronautas, se le relaciona con los animales porque aparentemente podía comunicarse con ellos y las golondrinas lo seguían en sus caminatas.

Don Bosco y el perro Grigio

Por otro lado, está Don Bosco, cuya especial relación con un perro llamado Grigio es un relato bien conocido en la tradición salesiana. Según los testimonios, el perro gris apareció misteriosamente en varias ocasiones para proteger al santo de peligros y ataques. El propio Don Bosco narró estos encuentros en sus "Memorias del Oratorio".

La fascinación de San Antonio María Claret por el canto de las aves

San Antonio María Claret, fundador de los Misioneros Claretianos, tenía una conexión especial con las aves.

En sus recorridos misioneros, al oír sus trinos, se acercaba y compartía con ellas reflexiones sobre el "cántico eterno y celestial", mostrando su anhelo de que todas las criaturas glorificaran a Dios. Según se cuenta, durante su funeral, un pájaro se unió inesperadamente al canto de los salmos, lo que muchos interpretaron como un gesto de su vínculo profundo con la naturaleza.

El perro de San Roque

Además, hay otro santo, San Roque, que fue un peregrino francés que vivió entre el siglo XIV y el XV, que es considerado patrón de los perros, pero también de las mascotas.

La historia relata que, durante una de sus travesías, contrajo la peste y para no contagiar a otros, se retiró a un bosque cercano donde un perro lo encontró. Este perro comenzó a visitarlo llevándole pan en su hocico para alimentarlo y lamiendo sus heridas, lo que contribuyó a su recuperación. San Roque fue canonizado tiempo después de su muerte y su fiesta se celebra el 16 de agosto.

San Francisco Javier y el cangrejo

Por último, la leyenda de San Francisco Javier y el cangrejo refleja también una conexión especial. Según el relato, mientras el santo viajaba en una misión por mar hubo una gran tormenta. En un acto de fe, San Francisco Javier arrojó su crucifijo al agua, orando para calmar la tempestad. Hay otra versión que señala que el crucifijo se le cayó al mar.

Milagrosamente, la tormenta cesó, y al llegar a la orilla, un cangrejo emergió del agua sosteniendo el crucifijo entre sus pinzas y se lo entregó. Este crucifijo se conserva en el relicario dentro de la Real Capilla del Palacio Real en Madrid.