"El agua no obedece normas. Va a donde le sale. Lo mismo que yo". Con esta frase, Bart respondía a su hermana Lisa en aquel episodio de 'Los Simpson' en el que se mencionaba el efecto Coriolis. La raíz de la disputa: una pelea sobre qué producto llegaba antes al desagüe, si la pasta de dientes o el champú. "El tuyo va por la calle dentro. Si el agua girase en el otro sentido...".
Aquí, la hermana de mente científica explica cómo en el hemisferio norte el agua siempre circula en una dirección, mientras que en el sur lo hace en otro. Más allá de en la mítica serie de dibujos animados, esta es una frase que se puede escuchar en multitud de ocasiones. ¿Pero es así? Y de serlo... ¿por qué sucede?
Parece una cuestión de física simple y, sin embargo, el hecho de que los hemisferios afecten a la dirección en la que fluye el agua sigue generando fuertes desacuerdos.
¿El agua gira diferente según el hemisferio?
Sí y no. El principal problema es la división entre la teoría y la práctica: mientras que en principio la rotación de la Tierra podría afectar a la dirección del agua que drena, en el mundo real ese efecto probablemente se ve anulado por otras influencias menos uniformes.
Detrás de esto se encuentra el efecto Coriolis: una fuerza que se produce por la rotación que tiene la Tierra sobre su eje, la misma rotación que hace que tengamos días y noches. Descrito por el científico francés Gaspard Gustave Coriolis en 1836, se trata de una fuerza ficticia que aparece cuando hay un cuerpo en movimiento con respecto a la Tierra, vista por un observador en la misma Tierra.
Debido a la rotación de la Tierra, las trayectorias de los objetos que se mueven sobre la superficie terrestre se desvían. Es algo que se percibe cuando algo gira rápidamente, como lo hace la Tierra. Sin embargo, a causa de la fuerza de la gravedad, no notamos que la Tierra está girando de un modo continuo, sin parar.
En virtud de este efecto Coriolis, las masas de aire se reorientan siempre hacia la derecha en el hemisferio norte, mientras que en el hemisferio sur ocurre en dirección contraria. La fuerza Coriolis en el ecuador es cero, y va aumentando hacia los polos, dado que la velocidad de rotación de la Tierra se reduce, desde el ecuador a los polos, de 1.674 km/h hasta 0 km/h, según explican desde la European Space Agency (ESA).
El problema es que la fuerza de Coriolis es tan débil que no hace nada hasta que actúa sobre una gran cantidad de material. El fregadero de casa, por ejemplo, no tiene suficiente agua para ser afectado por la fuerza de Coriolis, según los críticos.
Así, los huracanes suelen girar en sentido contrario a las agujas del reloj en el hemisferio norte y en el sentido de las agujas del reloj en el hemisferio sur porque tienen suficiente material como para verse afectados por la fuerza de Coriolis. Los tornados son demasiado pequeños para ser afectados por la fuerza de Coriolis y giran en cualquier dirección.
¿Y qué pasa con el agua del desagüe? ¿Gira entonces en Australia al revés de como lo hace en España? La dirección de giro del agua de drenaje es aleatoria y está determinada principalmente por la forma en que el agua se golpea, se agita o se distribuye cuando comienza a drenar.
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