Es posible que, si alguna vez has estado o piensas ir a Turquía hayas visto un fenómeno extraño, o que lo hayas notado en alguna de las muchas series turcas que nos han cautivado: tirar agua al que se va. Cuando los turcos están reunidos es tradición que cuando una persona se marcha, se arroje agua al camino por el que pasa con un cubo, jarra, vaso o cualquier contenedor a la mano. Esta bizarra tradición es propia del país desde tiempos inmemorables.

Se arroja agua a sus espaldas porque se supone que el agua debe hacer que su viaje sea tranquilo, sin contratiempos. En Anatolia representa un deseo de que la otra persona pueda regresar pronto, algo así como “su gibi git, su gibi gel”, que significa “ve suave como el agua y regresa igual de fácil”.

Es un acto que se hace por motivos supersticiosos. Con él se quiere dar buena suerte a la persona que emprende su camino, para darle buena suerte y que regrese pronto. Una superstición cuyo origen permanece incierto. Pero probablemente tenga algo que ver con aquellos tiempos difíciles de guerra y hambruna. Nunca sabías si volverías a ver a la persona que se iba. Por ende, desearle buena suerte se convirtió en una práctica generalizada.

Pero como ahora vivir en pisos se ha vuelto más usual, también se ha normalizado ver gente lanzando agua por la ventana. Les da flojera bajar con sus visitantes, por lo que les despiden desde lo alto de sus edificios, a veces sin fijarse en quién viene. Es por ello por lo que en Turquía conviene mirar hacia arriba cuando caminas, para evitar empaparte con la despedida de otra persona.