La antimateria está compuesta de lo que llamamos antipartículas, un tipo de partículas que son idénticamente iguales a las que conocemos pero con una salvedad, su carga eléctrica es opuesta.
Por ejemplo, la antipartícula del electrón, partícula cuya carga eléctrica es negativa, es el positrón, que es exactamente igual pero su carga eléctrica es positiva.
Una de las aplicaciones más fascinantes que tiene la antimateria es en la medicina. La tomografía por emisión de positrones (PET) usa estas partículas para producir imágenes de alta resolución del cuerpo humano, puesto que son altamente eficaces a la hora de detectar, entre otras cosas, tumores.
Más información en el vídeo de OGMIOS 2019, un marco del evento de divulgación científica organizado por la Ciutat de les Arts i les Ciènces y la Federación Valenciana de Divulgación Científica, explicado por Nuria Carrasco, doctora en Física Teórica por la Universidad de Valencia.