El 8 de noviembre de 1895, el científico estableció que este descubrimiento era provocado por una onda electromagnética, invisible para el ojo humano pero capaz de atravesar cuerpos opacos.
La denominación fue 'Rayos X' del mismo modo que nos referimos con 'x' a una persona o cosa del que no sabemos su naturaleza.
Al principio, estos rayos se usaron para descubrir cuerpos extraños en el organismo y para el diagnóstico de roturas óseas pero, poco después, fue determinante para luchar contra la tuberculosis.
Gracias a este descubrimiento, Roentgen fue galardonado con el Premio Nobel de Física en 1901.