Los DEAs pueden ser usados por cualquier persona. Sin embargo, según la legislación vigente, para hacer uso de este tipo de aparatos hay que recibir previamente un curso de formación, impartido por una entidad acreditada por cada Consejería de Sanidad de cada comunidad autónoma.
Estos aparatos dan indicaciones muy concretas y claras basadas en la cadena de supervivencia internacional, que consta de 4 eslabones.
1.Acceso temprano al sistema de respuesta de emergencia a través del 112
2.RCP (reanimación cardiopulmonar) temprana para ayudar a la circulación al corazón y al cerebro hasta que se restablezca la actividad cardíaca normal.
3.Desfibrilación temprana para tratar el paro cardíaco causado por fibrilación ventricular
4.Atención avanzada temprana por parte del SME y del personal hospitalario.
Los equipos avanzados son normalmente los más sencillos de utilizar, desde que se encienden van guiando por imágenes y por voz al usuario explicando cada paso que tiene que realizar. Básicamente dirá que llamemos a emergencias, que descubramos el pecho del paciente, que coloquemos los parches (dos pegatinas muy bien identificadas), después nos dirá que no toquemos al paciente para analizarlo y en dos segundos recomendará o no dar una descarga y nos indicará si hay que presionar el botón.
Es importante saber que, en caso de no recomendar descarga, este no la dará aunque presionemos el botón de descarga, es decir, sólo se activa en caso de que realmente haga falta. Una vez dada la descarga nos dirá que comencemos con la RCP. Los equipos más avanzados nos guiarán con un pitido y nos dirán si las compresiones son buenas tanto en profundidad como en velocidad, ya que la RCP se realiza sobre una válvula.
Esta imagen os muestra cómo hacerlo funcionar en cinco pasos: