laSexta, a través de Constantes y Vitales, lleva recogidas más de 120.000 firmas con las que se insta a las comunidades autónomas a que desarrollen una normativa a favor de la cardioprotección, que incluya la obligación de instalar desfibriladores en espacios públicos y la despenalización de su uso por personal no sanitario. Para conseguirlo, Constantes y Vitales ha contactado con los gobiernos de las diferentes comunidades autónomas para pedirles que se sumen a la iniciativa.
La iniciativa de Responsabilidad Corporativa de laSexta también ha firmado un convenio de colaboración con la Sociedad Española de Cardiología y Cruz Roja para conseguir convertir en cardioprotegidas las comunidades que aún no lo son.
A nivel nacional, un decreto de 2009 recomienda la instalación de desfibriladores semiautomáticos (DESA) fuera del ámbito sanitario en toda España, aunque cuando Constantes y Vitales lanzó esta iniciativa en 2016 solo cuatro comunidades autónomas habían desarrollado una normativa propia a favor de la cardioprotección mediante una ley que establece la obligatoriedad de instalar estos equipos en espacios públicos: País Vasco, Cataluña, Andalucía y Canarias.
A Cantabria, la Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana y Asturias, este año se han sumado Aragón, Navarra y Extremadura Todas se han convertido en comunidades cardioprotegidas tras la petición de Constantes y Vitales.
Sin embargo, Baleares, Castilla la Mancha, Castilla y León, Extremadura, Murcia, Galicia y La Rioja, todavía no establecen la obligatoriedad de instalar desfibriladores en espacios públicos.
La existencia de desfibriladores semiautomáticos para personal no sanitario en lugares públicos, así como la formación en las técnicas básicas de recuperación cardiopulmonar, conseguirán salvar a un elevado porcentaje de las personas que sufren un paro cardíaco. Porque todos estamos preparados para salvar vidas, tal y como cierra el spot de la campaña que protagoniza la embajadora de Constantes y Vitales, Mamen Mendizábal.
Cada año fallecen 30.000 personas en España por paradas cardiorrespiratorias. La utilización de desfibriladores automáticos (DEA) o semiautomáticos (DESA) incrementa en un 70% las probabilidades de recuperarse tras un paro cardiaco. La velocidad de actuación ante estos episodios repentinos es vital, los cinco primeros minutos son decisivos, por esto muchas veces para los servicios de Emergencias el tiempo juega en contra. Después de los 10 minutos, la tasa de supervivencia es nula, según un estudio American Heart Association.
Para lograr el objetivo de actuar cuanto antes, el desfibrilador debe llegar en los primeros 4 minutos. Esto significa que si al lado de cada extintor hubiera un desfibrilador y personas con conocimientos mínimos en reanimación, se podrían salvar más de 4.500 vidas al año.
La muerte súbita cardíaca como consecuencia de una fibrilación ventricular es una de las principales causas de fallecimiento de los países desarrollados. Cada año casi seis millones de personas en el mundo sufren un paro cardíaco súbito. Al inicio de esta campaña, España se situaba muy lejos del número de desfibriladores instalados por diversos motivos, entre los que se encontraban la difusa normativa legal y la insuficiente concienciación sobre su uso.