La Junta de Extremadura ha aprobado un Decreto de Ley por el que regula la instalación de desfibriladores externos automatizados (DEA) en el ámbito no sanitario, así como la autorización para su uso y la formación asociada al mismo, con un presupuesto de 100.000 euros y un coste de mantenimiento anual de 6.000 euros.
El objetivo de este decreto es regular la obligación de la disponibilidad de desfibriladores externos automatizados, automáticos y semiautomáticos, en determinados espacios donde coincidan una alta concurrencia de personas y exista la probabilidad de que ocurra una parada cardíaca, señala en nota de prensa la Administración autonómica.
Asimismo, regular la autorización para el uso de DEA en el ámbito no sanitario; la creación del 'Registro de DEA Extremadura en el ámbito no sanitario' y del 'Registro de formación para uso de DEA en Extremadura' así como la autorización a los proveedores de actividades formativas para el uso de DEA en el ámbito no sanitario y de los instructores que impartan esa formación.
Cabe recordar que el desfibrilador externo automatizado, automático y semiautomático, por sus características de funcionamiento y seguridad, posibilita que personas con una formación y un entrenamiento mínimos puedan realizar actuaciones de desfibrilación. Puesto que su utilización no requiere un diagnóstico clínico previo, estos desfibriladores son "idóneos" para su uso por personas ajenas a la profesión sanitaria por lo que todos estamos preparados para salvar vidas.
Los desfibriladores salvan vidas
La cardioprotección con desfibriladores ha demostrado ser una de las herramientas más eficaces para poder atender con éxito las emergencias cardiacas y mejorar la tasa de supervivencia de las enfermedades del corazón como el infarto y la angina de pecho y las cerebrovasculares, que son hoy en día una de las principales causas de fallecimiento en el mundo.
Se estima que unas 275.000 personas sufren al año un paro cardíaco en Europa y que, en España se producen 30.000 muertes por paradas cardiorrespiratorias cada año.
Esta cifra puede reducirse de manera significativa con un uso apropiado de desfibriladores y si se aplica la desfibrilación a la víctima en los cinco primeros minutos.
Los DEA son desfibriladores de uso público de fácil manejo, diseñados para su uso por personal que, sin los conocimientos suficientes para ofrecer reanimación cardiorespiratoria avanzada, puede ser el primero en atender una urgencia cardiaca.