Cada año cerca de seis millones de personas en el mundo sufren un paro cardíaco súbito. A menudo sucede sin previo aviso, y cuando sucede, suele ser devastador. Cualquiera puede sufrir un paro cardíaco en cualquier momento y lugar. En caso de un paro cardíaco súbito, el tiempo de respuesta es crítico.
Un estudio de la American Heart Association muestra que por cada minuto que se atrasa el proceso de desfibrilación, las probabilidades de supervivencia de la víctima disminuyen entre siete y diez por ciento. Después de los 10 minutos, la tasa de supervivencia es nula.
Si se tiene en cuenta que el tiempo de respuesta de las ambulancias es generalmente de más de 10 minutos, la mejor opción de supervivencia está en manos de las personas presentes.
Hasta hace poco, muchas de estas muertes eran inevitables (95%), ya que la mayoría tienen lugar fuera del ámbito hospitalario, donde las víctimas no pueden ser atendidas por personal sanitario equipado con el instrumental necesario.