Entre las personas de edad avanzada son frecuentes enfermedades como el Alzheimer, la depresión, el insomnio o la ansiedad, todas ellas relacionados con la salud mental.
El cerebro, al igual que el resto del cuerpo, sufre un envejecimiento que convierte a las personas mayores en personas más vulnerables desde el punto de vista biológico o físico.
También es verdad que en edades más avanzadas se producen más pérdidas de seres queridos, trabajo o status y estos duelos requieren procesos de adaptación que muchas personas los realizan bien, pero otras no lo consiguen.
Además, existe un componente social. La sociedad no siempre muestra su apoyo a la tercera edad y tiene en consideración sus necesidades. Además, las personas de edad avanzada suelen tener menos vida social.
Los expertos piden que pongamos la mirada en las señales de alerta de trastornos mentales de nuestros mayores y consideran que es imprescindible desterrar una serie de tópicos como pensar que, por ser mayor, uno debe estar triste.
Es común que en fechas navideñas algunas personas mayores se sientan más tristes o alicaídas que en otras épocas del año, por sentir más evidente las ausencias de sus seres queridos.
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