La salud mental está relacionada con la promoción del bienestar físico y psíquico, la prevención de trastornos mentales y el tratamiento y recuperación de las personas que sufren problemas de salud mental.
En este sentido, se trata de algo que es necesario cuidar, y a lo que se le debe prestar atención para poder detectar un posible problema y afrontarlo. Los problemas de salud mental no están relacionados con debilidad de carácter, y tampoco son culpa de quien los padece.
Además, un problema de salud mental no impide poder vivir una vida plena, conseguir un trabajo, formar una familia o disfrutar de cualquier aspecto de la vida, para lo que es importante conocer bien todos los aspectos relacionados con él.
¿Qué puede desencadenar un problema de salud mental?
Por regla general, no se origina debido a una única causa, sino que se basa en una combinación de factores genéticos, del entorno social y de experiencias vividas. La mayoría de los problemas de salud mental se desencadenan en la adolescencia y la juventud o tras sufrir algún suceso traumático.
Si bien hay unas personas con mayor predisposición genética que otras, existe una serie de factores desencadenantes como el abuso de fármacos, el alcohol y las drogas, el estrés, una vida familiar disfuncional, situaciones de abusos o exclusión social, situaciones sobrevenidas, malos hábitos nutricionales o expectativas culturales y/o sociales.
¿Puedo tener yo un problema de salud mental?
Todas las personas tenemos posibilidades de vivir con un trastorno mental. De este modo, una de cada cuatro personas puede sufrir un trastorno mental a lo largo de la vida.
Todo el mundo ha experimentado síntomas como la tristeza, el insomnio o la ansiedad, pero solo se considerarán un trastorno mental cuando generen un comportamiento social desajustado, provoquen un gran malestar subjetivo y persistan en el tiempo.
Por ello, un estilo de vida saludable y una alimentación sana, con ejercicio físico regular y ritmos tranquilos favorecen la prevención de los problemas de salud mental. En cualquier caso, ante la detección de los primeros síntomas, se debe acudir al médico de atención primaria.
Necesidades personales y familiares tras el diagnóstico
Nadie está preparado para asumir el impacto que supone un problema de salud mental, por lo que la persona debe ser aceptada en su diversidad; respetar su propia capacidad de decisión; disponer de autonomía para desempeñar tareas; tener protegidos sus derechos; recibir información legal e información sobre el trastorno mental, y disponer de atención socio-sanitaria.
La familia también necesita un tiempo para interiorizar el trastorno mental, que puede producir desajustes en el entorno familiar y social; para ello, lo más importante es la información y formación en salud mental, disponer de una red social y contar con el apoyo socioeconómico, sanitario y profesional.
¿Es cierto que los trastornos mentales conducen a actos violentos?
Se trata de una creencia sin base científica, de manera que las personas que padecen trastornos mentales no son más agresivas que las personas que no los sufren, del mismo modo que tampoco resultan peligrosas para la sociedad. Al contrario, es más común que sean víctimas de agresiones, malos tratos y abusos, que verdugos.
Los casos concretos en los que una persona con un trastorno mental comete algún acto de violencia suelen deberse a una falta de atención o apoyo, pero, en caso de tenerlo, es escaso. Por ello, es fundamental que en el ámbito sanitario se desempeñen seguimientos individuales y continuados en el tratamiento de estas personas.
¿Es lo mismo un problema de salud mental que una discapacidad intelectual?
Un problema de salud mental es completamente diferente de una discapacidad intelectual, pese a que ambos conceptos se confunden con frecuencia. De este modo, es un mito que un trastorno mental implique un menor grado de inteligencia.
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