El análisis del líquido cefalorraquídeo y de las imágenes del cerebro de casi 300 personas entre 1995 y 2013 ha demostrado que podría ser posible detectar la futura aparición de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, hasta diez o quince años antes de que comiencen a aparecer los primeros síntomas. Además, una investigación en mayor profundidad podría aumentar esta cifra hasta situarla en 30 años.
Este estudio se basa en 290 participantes, cognitivamente sanos y mayores de 40 años, con algún familiar con demencia del tipo del Alzheimer. A lo largo de distintos análisis de las muestras de líquido cefalorraquídeo, así como a través de exploraciones cerebrales de resonancia magnética, los autores del estudio consiguieron detectar cambios sutiles en la actividad cerebral.
Más adelante, en el momento de llevar a cabo la última prueba de esta investigación, se detectó que 81 de los 290 participantes habían terminado por desarrollar algún tipo de demencia relacionada con el Alzheimer en distintos grados de madurez.
Además de los cambios en los procesos cerebrales que sufrieron estas personas, y que se habían comenzado a detectar hasta 13 años antes, se observó también un aumento en la tasa de cambio de la proteína Tau, considerada durante mucho tiempo un marcador de primer grado relacionado con el Alzheimer.
No obstante, a pesar de los avances relacionados con la prevención de una enfermedad, que de momento no cuenta con fármaco o terapia capaz de frenar o detener su avance, los científicos detrás del estudio advierten de que los cambios cerebrales varían en gran medida dependiendo de la persona. Por tanto, no se deben adelantar conclusiones, puesto que los resultados de sus investigaciones reflejan los cambios producidos en un pequeño grupo de sujetos.