Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos señalan que entre el 5% y el 10% de las mujeres embarazadas desarrollan preeclampsia, es decir, sufren una presión arterial alta y presencia de proteínas en la orina.
Aunque la preeclampsia puede desarrollarse a partir de la semana 20 de embarazo, el estudio se centró en identificar aquellas mujeres que tenían el riesgo de padecerla cuando fueron ingresadas en el hospital durante el trabajo de parto.
Los investigadores han determinado que los médicos podrían predecir el riesgo de preeclampsia, calculando la proporción de dos proteínas sanguíneas (fibrinógeno y albúmina), que se puede medir en un análisis de sangre rutinario que se realiza cuando las mujeres ingresan en el hospital para el parto.
El fibrinógeno participa en la coagulación sanguínea y la inflamación, mientras que la albúmina ayuda a mantener el equilibrio de líquidos y transporta hormonas, vitaminas y enzimas por todo el cuerpo. Ambos pueden verse alterados cuando hay preeclampsia.
No se ha establecido un valor normal para esta relación de fibrinógeno-albúmina (FAR), que puede oscilar entre o,o5 y 1 o más.
Los valores más altos de FAR pueden estar asociados con un aumento de la inflamación, infecciones o problemas de salud graves: cuanto más alto sea el FAR, mayor es el riesgo.
Esta tendencia se ha observado de forma constante cuando se utilizar el FAR para evaluar otras afecciones inflamatorias, como la artritis reumatoide, las enfermedades cardiovasculares y la enfermedad inflamatoria intestinal.
En la investigación, se analizaron los registros de 2.629 mujeres que dieron a luz entre 2018 y 2024, 1.819 no tenían preeclampsia, 584 la tenían con síntomas leves y 226 tenían síntomas graves de preeclampsia.
Los investigadores determinaron aquellas que tenían un FAR más alto tenían más probabilidades de desarrollar preeclampsia que aquellas con un FAR más bajo.
Hallaron que la probabilidad de desarrollar cualquier grado de preeclampsia era del 24% para las pacientes con un FAR de, al menos, un 0,1 al ingresar en el hospital, y aumentaba a más del 40% cuando ese valor era superior a 0,3.
Si se determina que una mujer en trabajo de parto tiene más riesgo de preeclampsia, según el FAR y otros indicadores como ser mayor de 35 años o tener una presión arterial alta crónica u obesidad, los obstetras y anestesiólogos pueden tomar precauciones adicionales para reducir el riesgo y garantizar que la presión arterial y los niveles de líquidos de la paciente se mantengan bajo control.
Si el FAR indica que la mujer en trabajo de parto tiene un elevado riesgo de sufrir preeclampsia se puede colocar una epidural para el manejo del dolor de manera temprana.
Por último, los investigadores señalan que calcular el FAR es especialmente importante para las mujeres que tienen mayor riesgo de preeclampsia. Sin embargo, "se necesitan investigaciones adicionales para determinar el rango exacto del FAR que se consideraría preocupante y sería útil incorporarlo en la atención prenatal de rutina como una herramienta predictiva para la identificación temprana de la preeclampsia", ha asegurado Lucy Shang, autora principal del estudio.