El infarto de corazón o infarto agudo de miocardio (músculo del corazón) es la enfermedad grave más frecuente del corazón que puede provocar una muerte súbita durante las primeras horas. Sin embargo, si se trata correctamente, permite continuar con una vida larga y normal.
El infarto cardíaco afecta a todas las edades de ambos sexos; aunque se tiende a pensar que los hombres son más propensos, la realidad es que en las mujeres aparece unos diez años más tarde.
En España se producen cerca de 50.000 infartos al año, por lo que es necesario conocer bien cómo actuar en caso de sospecha:
El mayor riesgo al sufrir un infarto se da durante la primera hora. Se trata de una arritmia, la fibrilación ventricular, que puede resultar letal en pocos minutos, pero puede recuperarse completamente con el tratamiento adecuado.
Este tratamiento es doble: en primer lugar, una reanimación cardíaca, que puede realizarla cualquier persona con la formación necesaria y que debe efectuarse de manera inmediata en caso de desmayo.
En segundo lugar, la desfibrilación, que se realiza con un aparato especial que tienen todas las ambulancias y diferentes lugares públicos.
Es fundamental realizar el tratamiento lo más pronto posible porque resultará más eficaz, de manera que el tiempo es vital. Por este motivo, en caso de sospecha de infarto, se recomienda llamar al servicio de emergencias inmediatamente (112).
El sistema sanitario de emergencias puede acudir rápidamente y dispone del equipo necesario para solucionar el problema: practicar el tratamiento de rescate, estabilizar al paciente, asegurar el traslado, iniciar el tratamiento específico y proporcionar una intervención hospitalaria inmediata.
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