Este tipo de terapias, han ido subiendo desde el año 2012, con un aumento del 14,73% en el consumo de antidepresivos, desde este año, hasta 2016.
Durante estos años, también se produjo un crecimiento notable en el consumo de sustancias hipnóticas y sedantes. Aunque, como recoge la Fundación Gaspar Casal para el Círculo de la Sanidad, en su informe ‘La Sanidad en cifras’, este se sitúa algo por debajo, con un 9,37%.
Mientras que en torno al año 2012 el mayor consumo diario de antidepresivos se encuentra en el noroeste de la península ibérica y en la capital. Navarra es la provincia que experimenta el aumento más notable entre 2012 y 2016. El informe destaca la necesidad de un mayor análisis, debido a que los síntomas de recuperación económica no suponen un descenso del factor estudiado, sino al contrario.
Los autores del estudio apuntan que la causa más posible para el aumento en el consumo de antidepresivos, es el “progresivo envejecimiento de la población”, y los nuevos estilos de vida que podrían “fomentar la soledad”.
Este envejecimiento de la población supone también uno de los mayores desafíos para el Sistema Nacional de Salud “porque genera un mayor número de pacientes con enfermedades crónicas y una mayor demanda asistencial en general”, según señalan los investigadores.
La Organización Mundial de la Salud subraya que la depresión es una enfermedad que llega a afectar a más de 300 millones de personas en todo el mundo. Un trastorno mental, responsable de gran parte de los 800.000 suicidios anuales; que, a su vez, es la segunda causa de mortalidad entre los jóvenes de edades comprendidas entre 15 y 29 años.