No hay una manera fácil o práctica de prevenir su formación durante la quema de carbón, según han señalado los expertos.
Aunque en los países desarrollados cuentan con herramientas para capturar nanopartículas, en zonas como África, China o la India no ocurre lo mismo, lo que provoca una importante contaminación y, por consiguiente, un riesgo importante para la salud de la población.
De hecho, los investigadores han encontrado estas nanopartículas producidas por la quema del carbón en las calles, estanques y plantas de tratamiento de aguas residuales. Afirman que cuando se inhala, entran en los pulmones y, de ahí, al torrente sanguíneo.
Según una prueba preliminar de biotoxicidad realizada por los expertos, estas partículas pueden ser tóxicas para los pulmones, si bien esta toxicidad todavía no ha sido corroborada.