El Alzheimer y el Parkinson son enfermedades que presentan desafíos en su estudio e investigación. Por eso, los científicos del Imperial College de Londres (Reino Unido) han desarrollado una nueva plataforma de descubrimiento de anticuerpos, que aporta nueva información a la hora de caracterizar estructuras proteínicas complejas y transitorias.
En el desarrollo de estas enfermedades, las proteínas especificas se pliegan incorrectamente y se agrupan de tal forma que dañan las células cerebrales. Con esta investigación, han desarrollado nuevos métodos que generan anticuerpos específicos para los agregados como sondas o moduladores específicos del proceso de agregación.
Estos agregados patológicos se llaman oligómeros, y su naturaleza fugaz y variabilidad estructural ha provocado que sean difíciles de estudiar con los métodos tradicionales.
En este sentido, los anticuerpos son una potente herramienta de investigación, gracias a su unión precisa a dianas. Sin embargo, poder generar anticuerpos contra dianas transitorias es un proceso complejo.
Por su parte, la investigación ha integrado un nuevo diseño computacional y evolución dirigida para desarrollar nuevos anticuerpos, que luego se examinan para observar la capacidad de unirse a agregados específicos o inhibir el proceso de agregación.Francesco Aprile, profesor asociado de Química Biológica en el Imperial College de Londres, ha explicado que "podemos acelerar sustancialmente el proceso de descubrimiento y producción, lo que puede ahorrar tiempo y recursos".
Con todo esto, lograron desarrollar anticuerpos de dominio único, llamados nanocuerpos, que están dirigidos contra proteínas desordenadas o que no están definidas por una estructura tridimensional específica: "lo que hacen estas proteínas intrínsecamente desordenadas es que comienzan a autoensamblarse y forman oligómeros y agregados como las fibrillas amiloides, que son un sello distintivo del Alzheimer", explica Aprile.
Además, estos nanocuerpos actúan sobre diferentes conjuntos de proteínas beta-amiloide y alfa-sinucleína, asociadas con las enfermedades de Alzheimer y Parkinson, respectivamente.
En definitiva, el profesor ha explicado que "al enfocarnos en estos conjuntos de proteínas clave, podríamos ser capaces de retardar o incluso prevenir la progresión de la enfermedad".