Los cambios en el ADN de nuestras células que vamos acumulando a lo largo de nuestra vida es la principal causa del cáncer, y no tanto lo que hemos heredado de nuestros progenitores. La identificación de las causas de estos cambios o mutaciones es muy complicada porque son muchos los procesos que pueden dar lugar a un mismo cambio en el ADN.
Cuando el mecanismo que repara los daños de nuestro genoma, un corrector del ADN, no funciona correctamente y muestra una serie de errores, comienzan a mutar las células cancerosas.
Se vio como grupos de mutaciones de más de 1.000 genomas de tumores se encontraban muy cerca, en una misma región del genoma. El objetivo era obtener una visión más precisa de los factores mutágenos que afectan a las células humanas y que podrían dar lugar al cáncer.
Al analizar estos grupos, los expertos han identificado nueve marcas que eran evidentes en más de esos 1.000 genomas de tumores de diversos órganos. Los resultados revelan nuevos procesos que causan mutaciones, incluido un caso inusual en el que está implicado el mecanismo de reparación del ADN. Este mecanismo, que normalmente debería proteger el genoma de daños, se puede encontrar alterado y puede empezar a introducir grupos de mutaciones.
Uno de los nuevos procesos de mutación es bastante inusual pero el más evidente en genes que se encuentran activos porque estas regiones están más protegidas por los mecanismos de reparación y corrección de ADN, es decir que la reparación de ADN se centra especialmente en aquellas regiones donde es más necesario preservar la información genética. De esta manera, la reparación del ADN es realmente importante puesto que nuestros cuerpos están renovando constantemente sus células, lo que implica tener que copiar más de dos metros de ADN y, por tanto, inevitablemente se introducen errores.
Normalmente, esa reparación de la que hablamos es muy precisa, pero algunas veces se reparan utilizando correctores de baja seguridad, los que van a causar mutaciones y desarrollarán diferentes tipos de cáncer como el de hígado, colon, estómago, esófago y pulmón.
Además, según los científicos, consumir alcohol en grandes cantidades colabora, exponencialmente, en que se usen reparadores de baja calidad del ADN, así pues, se incrementa también la tasa de mutaciones en las regiones más importantes del genoma. Asimismo, una alta exposición a la luz del sol parecería tener consecuencias similares.