El llamado de auxilio no ha caído en saco roto: Europa escucha y comienza a actuar. La carta, firmada por miembros de prestigiosas instituciones como los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y diversas universidades, alerta del riesgo de perder el liderazgo mundial en ciencia si no se revierte la situación. Entre los firmantes se encuentran premios Nobel y reconocidos investigadores como es el caso de los españoles que trabajan en EE.UU, Antoni Ribas y Joan Massagué, quienes subrayan que ya se están pausando investigaciones, despidos de profesores, cancelación de becas, frenando la admisión de estudiantes de posgrado, y al estudio en campos cruciales como los tratamientos médicos o las energías limpias. La misiva denuncia la censura, la interrupción de investigaciones vitales y el deterioro de la cooperación internacional, todo como resultado de decisiones políticas que comprometen el futuro científico del país. “La actividad científica del país está siendo diezmada”, advierten con contundencia.
Este SOS ha despertado el interés de Europa, que empieza a movilizarse para atraer a los investigadores estadounidenses. Alemania, por ejemplo, ha visto cómo un grupo de economistas ha pedido al Gobierno un programa específico para captar talento. En Francia, el Ejecutivo planea un paquete de medidas en colaboración con universidades y centros científicos, con el objetivo de ofrecer a estos científicos el entorno de libertad académica que perciben como amenazado en EE.UU.
La preocupación también ha llegado al Parlamento Europeo, donde la comisaria europea de Investigación, Ekaterina Zakharieva, ha defendido la libertad académica como un pilar esencial que Europa debe proteger. “No podemos quedarnos de brazos cruzados”, “la libertad académica se ve amenazada en todo el mundo”, afirmó ante el Parlamento Europeo, abogando por que la UE se convierta en el mejor lugar para investigar, tanto para científicos europeos como internacionales.
Incluso desde España ya se están notando los efectos del llamado. El Centro de Regulación Genómica de Barcelona (CRG) ha recibido múltiples expresiones de interés de investigadores actualmente en EE. UU. Luis Serrano, su director, pide más apoyo económico para programas de atracción de talento como Atrae e Icrea, destinados a atraer investigadores de excelencia con experiencia internacional, ya han captado a casi 60 científicos en sus dos primeras convocatorias. El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, trabaja en fortalecer estos programas con más financiación y mayor competitividad, garantizando que el mejor candidato obtenga la plaza, independientemente de su procedencia.
La revista ‘Nature’ refleja en cifras esta tendencia: un 75 % de los investigadores encuestados en EE. UU. estarían considerando abandonar el país. La ciencia, una vez más, se encuentra en una encrucijada, y Europa parece dispuesta a ofrecer una salida.
Mientras la ciencia estadounidense enfrenta uno de sus momentos más delicados, Europa ve una oportunidad estratégica para reforzar su liderazgo global en investigación, pero para aprovecharla, será clave ofrecer recursos, estabilidad y libertad académica a quienes decidan cruzar el océano en busca de mejores condiciones.