Para controlar el impacto de Covid-19, desde el CIMA Universidad de Navarra detallan la importancia de llevar a cabo análisis que permitan conocer si una persona presenta indicios del virus, o ha sido infectada con anterioridad. Para ello, es necesario realizar diferentes pruebas, como los test rápidos; así como otros estudios, por ejemplo, una PCR.
Esta técnica, consiste en una reacción en cadena de la polimerasa (PCR por sus siglas en inglés). La polimerasa es la enzima que se encarga de construir ADN copiando un patrón que se le indica con unos cebadores. Estos, son pequeños trozos de ADN que se unen a la región de ADN que uno desea detectar.
A partir de los cebadores, la polimerasa de ADN copia el resto de la cadena. La reacción se repite en forma de ciclos (lo que se llama ciclos de PCR); por lo que, partiendo de cantidades muy pequeñas de ADN, la PCR permite detectar esa secuencia.
De esta forma, la PCR indica si en una muestra biológica existe o no un ADN especifico. En el caso del coronavirus, se trata de ARN (ácido ribonucleico). Para ello, primero es necesario superar una transcripción inversa. Es decir, una primera fase en la que se convierte el ARN en ADN.
Por otra parte, los test rápidos son análisis serológicos que, en unos 10 minutos, permiten comprobar si una persona presenta anticuerpos contra el coronavirus. Para ello, se utiliza un chip de plástico sobre el que se deposita una gota de sangre capilar.
Sendas pruebas permiten conocer distintos factores relacionados con el contagio y transmisión de distintos virus, como pueda ser la presencia de Covid-19. De estos dos procesos depende conocer si un individuo con síntomas claros o asintomático presenta un virus.
Su detección en la garganta, uno de los principales sitios de replicación viral, depende de las PCR. Además, con esta reacción en cadena de la polimerasa puede detectarse si la persona presenta el virus en ese momento.
En cuanto a la serología o test rápido, sirve para analizar si el paciente ha comenzado a responder a la infección viral.
En las fases iniciales de la infección, una persona puede tener algún virus (PCR positivo) y, sin embargo, no presentar aún anticuerpos (test rápido negativo). A partir de la primera semana de la infección, una persona puede tener anticuerpos (serología positiva) y tener todavía virus en su faringe (PCR positivo), de modo que esa persona seguiría siendo contagiosa. Por ello, la importancia de las dos pruebas es fundamental a la hora de diagnosticar la infección y tomar decisiones de aislamiento o seguimiento.
En cuanto a los recursos necesarios para sendos análisis, por lo general existen kits de PCR comerciales. Sin embargo, estos suelen requerir del uso de un kit para la extracción de ARN previa a la PCR. Así, antes de comenzar la prueba, es necesario extraer ARN de 96 muestras. Un proceso fiable pero que puede llegar a ser muy lento y durar entre 3 y 4 horas.
Sin embargo, a través de una nueva metodología desarrollada por el CIMA, este paso puede acelerarse en gran manera, y permitir el análisis de hasta 1000 test diarios.