Un grupo de investigadores dirigido por Acaimo González Reyes, del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD)-- centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla, y la Junta de Andalucía--, y por Federico Zurita, de la Universidad de Granada, con la colaboración del grupo de Manuel Irimia (CRG) y de Gretel Nusspaumer (CABD).
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha detallado en una nota de prensa el trabajo, publicado en la revista ‘Nature Communications’, que utiliza el ovario de la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) como modelo experimental, ofrece nuevas perspectivas sobre los mecanismos moleculares que subyacen al envejecimiento celular.
La investigación se centra en cómo los nichos de células madre, que son fundamentales para la renovación y reparación de tejidos en los organismos, se ven alterados con el paso de los años. A través de un análisis exhaustivo de la expresión génica y la maduración del ARN mensajero, los científicos han identificado cambios clave en las células que conforman el nicho de células madre. Estos cambios afectan principalmente a tres tipos de células de soporte, cuyas funciones son esenciales para el mantenimiento de las células madre.
Los hallazgos de los perfiles moleculares de estas células de soporte varían con la edad, lo que sugiere que el envejecimiento no solo afecta directamente a las células madre, sino también a su entorno. Estos cambios están relacionados con procesos críticos como la adhesión celular, la estructura del citoesqueleto y las vías de señalización neuronal, los cuales son fundamentales para el correcto funcionamiento del nicho de células madre. Lo sorprendente es que, aunque todas estas células comparten un origen común, su envejecimiento ocurre de manera diferenciada, lo que provoca firmas moleculares únicas para cada tipo celular.
Uno de los datos más relevantes de este estudio es la identificación de un gen, el Smu1, cuya maduración del ARN cambia con la edad. Este descubrimiento sugiere que el envejecimiento no solo altera laexpresión de genes específicos, sino que también modifica la forma en que estos genes se procesan a nivel molecular, lo que podría tener consecuencias profundas en la función de las células madre.
Además, los investigadores destacaron la importancia de estos resultados en el contexto de la regeneración celular. Las células madre tienen la capacidad de variar y diferenciarse en distintos tipos celulares, lo que les otorga un papel crucial en la reparación de tejidos dañados. Sin embargo, con la edad, este proceso se ve comprometido, lo que puede contribuir al deterioro generalizado de los tejidos y órganos en los organismos envejecidos.
Este descubrimiento, abre paso a la investigación en medicina regenerativa, ya que comprender mejor cómo el envejecimiento afecta la función de las células madre podría ayudar a desarrollar terapias más eficaces para enfermedades degenerativas y condiciones asociadas al envejecimiento, como la osteoporosis, la artritis y trastornos cardiovasculares.
El estudio, liderado por el CSIC aporta un nuevo entendimiento sobre los mecanismos que subyacen al envejecimiento celular, especialmente en las células madre. A medida que la población mundial envejece, esta investigación puede tener un impacto crucial en el desarrollo de tratamientos que mejoren la calidad de vida y prolonguen la salud en las personas mayores.