Las células tumorales tienen genes con errores. En los genes están las instrucciones para fabricar los ladrillos bioquímicos del organismo, las moléculas llamadas proteínas. Hay decenas de miles de proteínas distintas en una célula, y decenas de millones en total (¡solo dentro de una célula!). Si las proteínas traen errores de fábrica (porque los genes los tenían), la célula funcionará mal. “Por eso para entender qué ocurre en el cáncer es fundamental estudiar con el máximo detalle sus proteínas”, explica Marta Isasa, jefa de la Unidad de Proteómica del CNIO.
Es igualmente importante poder espiar cómo trabajan esas proteínas dentro de la célula. Una técnica clave para ello es la microscopía confocal, un tipo de microscopía avanzada que permite la visualización tridimensional en alta resolución de las células y de su interior. “Esta microscopía es crítica en el estudio del cáncer, para poder entender cómo se comportan las diferentes células cancerígenas y cómo responden a los tratamientos”, dice Isabel Peset, jefa de la Unidad de Microscopía Confocal del CNIO.
Isasa y Peset acaban de incorporarse al CNIO tras un exigente proceso de selección.
Marta Isasa (Barcelona, 1981) ha trabajado estos años en Odyssey Therapeutics, una empresa biotecnológica del área de Boston (EE UU), como directora asociada del grupo de Proteómica y Biología Química. Su investigación en la pasada década se ha dedicado a la proteómica. Ha realizado una estancia postdoctoral de cuatro años en la prestigiosa Harvard Medical School.
Ha decidido trabajar en el CNIO porque “es un centro de referencia nacional e internacional en investigaciones oncológicas que dispone de tecnología de última generación para estudios de proteómica”, afirma, y también por “la posibilidad de contribuir día a día a la lucha contra el cáncer”.
Isabel Peset (Madrid, 1979) ha trabajado hasta ahora en Medicines Discovery Catapult, una empresa de descubrimiento de medicamentos establecida por el gobierno inglés, en Manchester, Reino Unido, como Científica Principal en Imagen Avanzada. Acumula más de diez años de experiencia internacional en el campo de la microscopía y la imagen, incluyendo estancias postdoctorales en la Universidad de Cambridge, Reino Unido.
Viene al CNIO por “la oportunidad de trabajar en uno de los mejores centros de investigaciones oncológicas nacional e internacional, y poder desarrollar métodos punteros de microscopía avanzada para contribuir en el estudio de la enfermedad y sus posibles tratamientos”.
Tecnologías de última generación para estudiar las proteínas
La Unidad de Proteómica del CNIO “proporciona tecnologías de última generación para el estudio directo de la expresión, modificación y función de las proteínas”, señala Isasa. “Su objetivo principal es apoyar a la comunidad investigadora prestando servicios de proteómica de alta calidad y con valor añadido, proporcionando así una guía valiosa para posibles estrategias experimentales, fundamentales para el éxito de la investigación en el cáncer”.
Ver para entender (y para buscar nuevos tratamientos)
La Microscopía Confocal, a diferencia de la microscopía convencional, genera imágenes de alto contraste, lo que permite visualizar la muestra en distintos planos y reconstruirla tridimensionalmente. Emplea láseres como fuente de iluminación, y una apertura localizada para enfocar la muestra en un único plano y poder eliminar la luz fuera del plano enfocado.
La unidad de Microscopía Confocal del CNIO ayuda a los investigadores a visualizar y analizar los procesos celulares involucrados en la enfermad del cáncer. Como explica Peset, “mediante técnicas de tinción podemos ver simultáneamente distintos marcadores y cómo estos se comportan en las células cancerígenas, para entender la enfermedad y estudiar la respuesta a los nuevos tratamientos”, añade Isabel. “Además, contamos con programas de análisis de imagen para cuantificar los cambios que observamos en las imágenes”.