La administración de inhibidores de CDK4/6 tras aplicar quimioterapia podría convertirse en la clave para múltiples tratamientos oncológicos. Estos inhibidores actúan contra células tumorales y detienen su multiplicación; por lo que sus efectos junto a la quimioterapia no ofrecían positivos resultados.
Esto se debe a que este tipo de terapias se centran en aquellas células cancerosas que se multiplican de forma activa. No obstante, una de las últimas investigaciones desarrolladas por expertos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) probaría los beneficios de estas dos terapias combinadas contra tumores muy agresivos, como el adenocarcinoma de páncreas.
Hasta ahora, esta terapia basada en inhibidores de CDK4 y CDK6 se había utilizado para frenar el crecimiento celular acelerado en los casos de metástasis. Así, se había confirmado su efectividad a la hora de facilitar el control y reducir la expansión tumoral, por ejemplo, en pacientes con cáncer de mama avanzado.
Sin embargo, si bien se ha comenzado a utilizar esta terapia en combinación con otras de tipo hormonal para el tratamiento de pacientes con cáncer de mama, no se había llegado a extender el tratamiento a otros tipos de cáncer. Un hecho que se debía a que combinar los inhibidores con quimioterapia tan solo dificultaría la acción de esta segunda.
Por ello, la investigación del CNIO se centra en administrar inhibidores de CDK4/6 de forma posterior a la quimio, lo que impide la correcta recuperación de las células tumorales eliminadas en el proceso.
Este trabajo garantizaría un frenado de la multiplicación celular típica del cáncer con metástasis. No obstante, de momento solo se ha probado su efectividad en ratones, a la espera de trasladar la investigación a ensayos clínicos.