Así lo han puesto de manifiesto en el 21º Congreso de Actualización en Pediatría de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), que se ha celebrado en Madrid.

Los especialistas han hecho hincapié en que estas consultas urgentes son un reto "al tratarse de situaciones complejas que requieren un manejo muy específico, con muy poco tiempo por paciente".

Así, han argumentado que se considera urgencia psiquiátrica una condición mental que genera el suficiente nivel de estrés para que el paciente, su familia o las personas que estén a su cargo sientan la incapacidad de manejar la situación, aunque sea durante pocas horas.

Las patologías más frecuentes en las consultas de Atención Primaria son el abuso de sustancias, conductas suicidas, ansiedad y trastornos del comportamiento y de la conducta alimentaria, han manifestado los pediatras.

La ansiedad es uno de los trastornos mentales con mayor prevalencia en la infancia y la adolescencia. Se trata de un reto para los pediatras de Atención Primaria, al tratarse de situaciones muy complejas, que requieren un manejo muy específico, con muy poco tiempo por paciente.

Entre las pautas ofrecidas en el seminario sobre el aumento de urgencias psiquiátricas, hay que tener en cuenta que la edad es un factor determinante en la expresión clínica, siendo el miedo, la tristeza, la irritabilidad y las quejas somáticas, síntomas diana que nos deben hacer sospechar de su existencia.

Urgencias de un hospital
Urgencias de un hospital | EUROPAPRESS

La prevalencia de los trastornos de ansiedad oscila entre el 10 y el 2% de los menores.

Asimismo, los pediatras han recordado el último informe de 'The Lancet Comision', que señala que uno de cada seis adolescentes se autolesiona de manera habitual. En este sentido, han explicado que las autolesiones pueden producirse por distintos motivos: alivio o disminución de sentimientos negativos, autocastigo, expresión de un dolor emocional intenso, necesidad de refuerzo social positivo o exposición en redes.

Los expertos también han destacado la importancia de la prevención del suicidio, que supone la segunda causa de muerte en adolescentes. Además, han advertido que la ideación y conducta suicida ha aumentado de manera alarmante en etapas precoces de la adolescencia.

En los últimos años, las urgencias psiquiátricas en la población infantil y juvenil han aumentado de forma progresiva, especialmente tras la pandemia de Covid-19.

Un estudio multicéntrico realizado entre el 2019 y el 2021 por la SEUP (Sociedad Española de Urgencias Pediátricas) se halló un incremento del 122 % del diagnóstico de intoxicación no accidental por fármacos y de un 56 % en suicidio, intento de suicidio o ideación autolítica.

La presencia de trastornos psiquiátricos, en especial la depresión, y de intentos previos, son factores de riesgo en la conducta suicida, aunque también tienen influencia otros factores como los familiares, personales o sociales y la dificultad de acceder a servicios de salud mental.

Los expertos señalan que hay que prestar atención a las señales de alarma que ayudar a identificar posibles riesgos de suicidio en un adolescente. Las señales de alarma son expresión clara de dolor emocional, desesperanza, desconexión social, sentir que no es importante o es una carga, y pensamientos o deseos de suicidio.

Las señales indirectas son intentos previos, conductas temerarias, cambios repentinos de comportamiento, emociones negativas, abandono de actividades y relaciones, alteraciones en rutinas como el sueño ola alimentación y comportamientos de despedida.