Aunque hasta ahora multitud de estudios relacionaban la presencia de niveles de colesterol altos e hipertensión en edades más jóvenes con un aumento en el riesgo de desarrollar en el futuro enfermedades cardiovasculares, una nueva investigación ha confirmado que el descenso de estos factores en una edad más avanzada no reduciría la probabilidad de sufrir cualquier patología cardiovascular.
A través del análisis de los datos obtenidos por distintas investigaciones, un equipo de especialistas ha elaborado un nuevo estudio que se basa en una muestra de más de 36.000 pacientes. Después de estudiar los niveles de presión arterial y colesterol de las personas analizadas, se modelaron una serie de trayectorias con estos factores de riesgo, que abarcan desde los 18 años, hasta más allá de los 40 años.
De esta forma, los autores del estudio han llegado a la conclusión de que, a la hora de predecir la aparición en el futuro de enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular; solo influirían las exposiciones a edades tempranas a altos niveles de presión arterial y colesterol en sangre. Sin importar que pasada la etapa de adultos jóvenes se hubieran reducido estos factores de riesgo.
Así, por ejemplo, la presencia de lipoproteínas de baja densidad (LDL) a una baja edad supone un incremento del 64% del riesgo de desarrollar una enfermedad coronaria en el futuro, aunque en edades más avanzadas disminuyan estos niveles de LDL. De la misma forma, los adultos jóvenes con altos niveles de presión arterial presentaban un aumento de casi el 40% del riesgo de insuficiencia cardíaca en el futuro.
En cuanto al riesgo de accidente cerebrovascular, la presencia de altos niveles de presión arterial en adultos jóvenes no se llegaba a traducir en un aumento del riesgo de sufrir enfermedades de este tipo en el futuro. Sin embargo, estas probabilidades crecían con un aumento exponencial de la presión arterial durante un periodo de tiempo más extendido en el tiempo.