La reparación de células de ADN dañadas sería posible gracias a un tipo de proteína particular, que también se encargaría de proteger la piel de los efectos perjudiciales de la acción solar. Esta partícula, descubierta por un grupo de investigadores mediante un estudio reciente, es capaz de identificar todo tipo de daños en muy poco tiemplo, lo que repercutiría en la posterior reparación de las zonas afectadas.
La proteína UV-DDB, uniones de ADN dañado por los rayos ultravioletas, era conocida hasta ahora por minimizar los daños del sol sobre la piel, y reducir las quemaduras. Sin embargo, ahora se ha descubierto que su función sería mucho más amplia e importante, ya que, además de esta protección, ejercería también como controladora de los daños producidos en las distintas células de las cadenas de ADN del cuerpo.
Para ejercer este análisis, la proteína UV-DDB realizaría tanto un examen global de las células, como una exploración mucho más concreta de áreas más reducidas. De esta forma, no solo se lograría identificar el daño, sino que sería posible un análisis mucho más preciso.
Los investigadores detrás del descubrimiento de estas nuevas funciones de la UV-DDB han demostrado que este nuevo estudio podría abrir las puertas a nuevas terapias contra el cáncer. Ya que esta investigación ayuda a explicar por qué las personas que nacen sin UV-DDB funcional tienen unas probabilidades mucho más altas de desarrollar cáncer de piel por el contacto con los rayos solares.
De la misma forma, aquellos pacientes con cáncer que presentan unos niveles de UV-DDB más altos de lo habitual, son propensos a responder de una forma más positiva a los tratamientos.