En España, como en muchos países desarrollados, la población mayor de 65 años representa un segmento en aumento en la sociedad. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2023 este grupo constituía aproximadamente el 20 % de la población total. Las proyecciones indican que seguirá aumentando debido al envejecimiento progresivo de la población.

Esto plantea desafíos significativos para el sistema de salud. Dado que las personas mayores son más vulnerables a enfermedades infecciosas y a sus complicaciones la vacunación es útil en este segmento de la sociedad.

Envejecimiento e inmunosenescencia

A medida que envejecemos nuestro sistema inmunológico experimenta un proceso conocido como inmunosenescencia. Este implica una disminución en la capacidad del organismo para responder a infecciones y desarrollar inmunidad efectiva tras la vacunación.

Este fenómeno hace que las personas mayores sean más susceptibles a infecciones graves como la gripe, la neumonía y el herpes zóster, entre otras. Además, debido a comorbilidades como diabetes, hipertensión y enfermedades pulmonares crónicas, las enfermedades infecciosas puede tener peor desenlace en esta población.

La vacunación no solo ayuda a prevenir infecciones, sino que también mitiga el riesgo de complicaciones graves, hospitalización e incluso muerte.

En un país con una de las esperanzas de vida más altas del mundo, garantizar que las personas mayores vivan con buena salud debería ser una prioridad.

Vacunas incluidas en el calendario para mayores

El calendario de vacunas español incluye varias inmunizaciones dirigidas específicamente a las personas mayores de 65 años, diseñadas para protegerlas contra las infecciones más comunes y peligrosas en esta etapa de la vida. Estas son las principales vacunas recomendadas:

1. Vacuna contra la gripe (Influvac Tetra, Efluelda)

La vacuna antigripal se administra anualmente y es especialmente recomendada para mayores de 65. Su formulación se adapta cada año para proteger contra las cepas más prevalentes de la temporada.

Las vacunas de alta carga antigénica, como Efluelda, están diseñadas específicamente para mayores de 85 años porque optimizan la respuesta inmune de los más mayores.

También está indicada para personas mayores de 60 que se encuentren institucionalizadas (en residencias, hospitales de media y larga estancia, etc.) y cuyos sistemas inmunológicos se encuentran más deprimidos, ya que presentan una mayor vulnerabilidad a cualquier tipo infección.

La vacuna de gripe disminuye un 38 % los ingresos hospitalarios, según los últimos estudios. También reduce el número de complicaciones derivadas de esta infección como la neumonía.

2. Vacuna antineumocócica (Prevenar 20)

Esta vacuna previene infecciones por Streptococcus pneumoniae, responsable de enfermedades graves como neumonía, meningitis y septicemia.

En España se había inmunizado hasta el año pasado con dos vacunas antineumocócica: Prevenar 13 y Pneumovax 23. Hay pacientes que tienen una o las dos administradas, según sus comorbilidades.

En la actualidad se vacuna únicamente con Prevenar 20, que contiene las cepas de la vacuna Prevenar 13 y Pneumovax 23. Está indicada en todos aquellos pacientes que cumplen 65 años o hace más de 5 años que les han administrado cualquiera de las otras dos vacunas y cumplen una serie de criterios que valorará su enfermera de atención primaria.

3. Vacuna contra el herpes zóster (Shingrix)

El herpes zóster es una reactivación del virus de la varicela zóster que puede causar un dolor intenso y prolongado, conocido como neuralgia postherpética.

La vacuna Shingrix, altamente efectiva, se administra en dos dosis y está especialmente indicada en mayores de 65 años y pacientes inmunodeprimidos. Se ha demostrado que su administración disminuye considerablemente la neuralgia postherpética, que es la complicación más común de este virus.

4. Vacunas contra la covid-19 (Comirnaty, Spikevax)

Las vacunas de ARN mensajero, como Comirnaty (Pfizer-BioNTech) y Spikevax (Moderna), han demostrado ser altamente efectivas para prevenir la covid-19 y sus complicaciones graves.

Además, las dosis de refuerzo, ajustadas a las variantes circulantes, son cruciales para mantener la inmunidad en los mayores de 65 años.

5. Vacuna contra el tétanos y la difteria (Diftavax)

Introducida desde 1964 en el Plan de Vacunación nacional, es una vacuna muy segura que ha demostrado sobradamente su eficacia, siendo el tétanos una enfermedad prácticamente erradicada. La mayoría de las personas nacidas en España tienen la pauta de vacunación completa.

La pauta se va ampliando con continuos recuerdos cada diez años. En el momento en que se cumplen los 65 años se administra una dosis de recuerdo, produciendo una inmunización completa de por vida.

Impacto de la vacunación en la salud pública

La vacunación en mayores no solo beneficia a quienes la reciben: también tiene efectos positivos a nivel comunitario y sanitario. Al reducir la incidencia de enfermedades infecciosas disminuye la carga sobre el sistema sanitario, un aspecto especialmente relevante durante los picos estacionales de enfermedades como la gripe.

Además, la prevención de hospitalizaciones y complicaciones graves reduce significativamente los costos asociados a tratamientos médicos intensivos y prolongados.

Según un estudio de la OMS, cada euro invertido en vacunación genera un ahorro considerable en gastos sanitarios, evitando hospitalizaciones y reduciendo la pérdida de productividad, tanto de los pacientes como de sus cuidadores.

Barreras y desafíos en la vacunación de mayores

A pesar de los beneficios probados de la vacunación, persisten barreras que limitan la cobertura vacunal en las personas mayores. Estas incluyen:

  • Desinformación: algunos mayores desconocen la importancia de las vacunas o tienen dudas sobre su seguridad y efectividad.

  • Fatiga pandémica: tras la pandemia de covid-19, algunas personas muestran reticencia a seguir con las pautas de vacunación recomendadas.

Para superar estos desafíos, es crucial reforzar las campañas de sensibilización y de información dirigidas a la población mayor de 65 años. Los profesionales de Atención Primaria desempeñan un papel clave como promotores de la vacunación, al resolver dudas y transmitir confianza en su seguridad.

Porque las vacunas no solo previenen enfermedades graves en mayores, sino que también contribuyen a mantener la independencia y el bienestar de este grupo vital para nuestra sociedad. En un país como España, donde estas personas representan un porcentaje significativo de la población, invertir en su salud a través de la vacunación es una responsabilidad colectiva.

Es esencial que tanto las autoridades sanitarias como la sociedad en general sigan trabajando para eliminar barreras, promover la confianza en las vacunas y garantizar que ningún mayor quede desprotegido. Proteger a quienes han construido nuestra sociedad no es solo un acto de justicia intergeneracional, sino también una inversión en el futuro de todos.

Borja Romero Bilbao, Personal docente e investigador en Ciencias de la salud (Enfermería, Biomedicina) en Universidad San Jorge. Enfermero en el Servicio Aragonés de Salud, Universidad San Jorge; Benjamín Gaya-Sancho, Personal Docente e Investigador (Enfermería y Biomedicina) en USJ. Enfermero del servicio de urgencias del Hospital QuirónSalud Zaragoza., Universidad San Jorge y Daniel Sanjuán Sánchez, Fisioterapeuta y personal docente investigador en la Facultad de Ciencias de la Salud en Universidad San Jorge, profesor asociado en la Facultad de Enfermería y Fisioterapia en la Universitat de Lleida. Miembro del grupo de investigación iPhysio, Universidad San Jorge

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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