El nuevo informe de la Universidad de Alberta en Estados Unidos, el mayor metanálisis hasta la fecha, ha examinado dos décadas de estudios que analizan las relaciones entre las mutaciones genéticas comunes, conocidas como polimorfismos de un solo nucleótido (SNP), y diferentes enfermedades.
Los resultados del análisis demuestran que los vínculos entre las enfermedades humanas y la genética no siempre son estables, como ocurre en el cáncer o la diabetes.
A pesar de que algunas afecciones, como la enfermedad de Crohn, la enfermedad celíaca o la degeneración macular, tienen una contribución genética de aproximadamente un 40 o 50%, en la gran mayoría de las enfermedades, como es el caso de muchos tipos de cáncer, de la diabetes o el Alzheimer, la contribución de genes es solo de entre el 5 y el 10%, según ha señalado el coautor del estudio David Wishart,y profesor en el Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Alberta y el Departamento de Ciencias de la Computación.
Con estos resultados, Wishart y su equipo sugieren medir los metabolismos, las sustancias químicas, el microbioma y las proteínas antes que analizar los genes, puesto esta información va a ofrecer datos mucho más precisos sobre el riesgo de padecer enfermedades.
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