Se estima que más del 80%de la población sexualmente activa en España contraerá la infección en algún momento de su vida por contacto directo, ya sea oral o genital. A nivel mundial, este virus está relacionado con aproximadamente el 5 % de todos los tumores en hombres y mujeres.

En los hombres, el VPH es particularmente notable en el cáncer de pene y de orofaringe, mientras que en las mujeres se asocia con el cáncer de cuello de útero, vulva y vagina. Entre los serotipos del VPH, el 16 es el más agresivo, seguido del 18. Se han identificado más de 200 serotipos dentro de la amplia familia del VPH, diferenciándose entre los de bajo y alto riesgo. Los de bajo riesgo suelen relacionarse con el desarrollo de verrugas genitales y/o condilomas orofaríngeos, mientras que los de alto riesgo son responsables de aproximadamente el 70% de lesiones premalignas y cánceres de cuello de útero, vulva, vagina, pene, ano y orofaringe.

El VPH es una patología asintomática y no presenta señales en el paciente, lo que hace que la prevención sea crucial. La vacunación actúa como prevención primaria, mientras que la prevención secundaria se lleva a cabo en la edad adulta mediante citologías y revisiones ginecológicas. A partir de los 35 años, se recomienda la realización de un test de diagnóstico precoz cada cinco años, ya que se ha comprobado que la citología puede no ser suficiente.

¿Cómo prevenir el VPH sin haberse vacunado de pequeños?
¿Cómo prevenir el VPH sin haberse vacunado de pequeños? | Pexels

Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que, en países que empezaron a vacunar en 2007 a niñas, se ha reducido en un 83% los nuevos diagnósticos del VPH 16 y 18, y los nuevos diagnósticos de lesiones precancerosas de alto grado disminuyeron en un 51%. Sin embargo, el 77% de los países que forman parte de la OMS vacunan frente al virus, aunque solo el 48% lo hacen tanto a hombres como a mujeres. En España, la recomendación de incluir la vacuna en el calendario de vacunación para niñas de entre 11 y 14 años fue implementada en 2007, pero no fue hasta 2018 cuando se propuso vacunar de manera sistemática tanto a niñas como a niños.

La vacunación contra el VPH y el diagnóstico precoz mediante pruebas como la citología y el test de VPH son esenciales para prevenir el desarrollo de cánceres asociados a este virus. La implementación de políticas de salud pública que incluyan la vacunación de ambos sexos y la promoción de la prevención secundaria son pasos cruciales para reducir la incidencia y el impacto del VPH en la población.