Cuca Gamarra subió al atril con un lazo azul en el Debate del Estado de la Nación para intentar instrumentalizar la memoria de Miguel Ángel Blanco contra el Gobierno provocando un minuto de silencio, que en su mente enfermiza, no sería secundada por Bildu para poder así vincular la actuación de los abertzales a Pedro Sánchez. Gamarra lo pidió de manera solemne, y se sumó al minuto de silencio hasta el último de los diputados, incluidos los de Bildu. Una izquierda abertzale que volvió a dar una lección de respeto democrática a las víctimas. Lo que llevan haciendo de manera institucional en el Congreso cada vez que tienen que demostrarlo.
Mertxe Aizpurua subió después a la tribuna para realizar su intervención y volvió a pedir perdón a las víctimas mostrando afecto por su situación, como han hecho desde que se constituyeron como partido diciendo algo que es relevante, que nunca les bastará lo que digan o hagan para reparar el daño a las víctimas o, al menos, para no añadirles más dolor. La derecha no puede aceptar que Bildu ha hecho mucho más por las víctimas de ETA que lo que ellos han hecho por el resto de víctimas de la dictadura y la democracia que no pueden instrumentalizar contra el adversario. El PP no tiene más proyecto político que manchar la tribuna con la sangre de las víctimas de ETA para intentar provocar repudio sobre sus adversarios. La derecha de este país ha lamentado profundamente el fin de la violencia porque eso les legitimaba ante el pueblo español, y ahora, que ya no existe, necesitan hurtar a las víctimas la posibilidad de vivir su duelo con libertad y deciden por ellos que hay que mantener viva la herida sin considerar cómo les puede afectar este uso espurio de su memoria. No les dejan el patrimonio de su duelo, se lo ha robado para hacer política sin importar cómo les afecta. La derecha española querría tener una serie de víctimas anuales por parte del terrorismo para poder hacer política. Mártires para su beneficio.
Un día después de que Bildu les robara al PP el espectáculo y les dejara sin juguete se produjo otra secuencia que permitía ver la película completa. Francisco José Contreras, diputado de Vox, justificó el asesinato por garrote vil de Salvador Puig Antich que realizó el franquismo en los estertores del régimen argumentando para ello la acusación sobre el reo de la dictadura; el asesinato de un policía. Una defensa encendida de los crímenes que se produjeron en los años de paz, que para el diputado, en sus propias palabras, fueron los años de la dictadura. Los fascistas son fascistas, y cualquier persona decente sabe que en cualquier diputado de Bildu hay más dignidad, decencia y bonhomía que en todos los votantes de Vox juntos. Pero el verdadero marcador de que la memoria de España está cercenada y podrida es que no hubo un solo diputado, militante, periodista o medio conservador que saliera a denunciar de manera pública el escándalo emético que se había visto en el Congreso. Un diputado de las cortes justificando asesinatos.
Sirva como medidor comparativo lo que hubiera ocurrido, no ya si se hubiera justificado el crimen de Miguel Ángel Blanco, si no se hubiera hecho con el de Melitón Manzanas. Habría razones fundadas para usar el mismo argumento que usó el diputado de Vox, ya que el asesinado fue responsable de crímenes de torturas y era uno de los responsables más crueles y miserables de la Brigada Político Social de la dictadura. Los lectores pueden hacer un ejercicio de imaginación sencillo. Oskar Matute sube a la tribuna de oradores y en el día de la memoria de las víctimas de ETA argumenta que los que defienden a las víctimas de la banda han sufrido amputación de la memoria porque nadie dice que ETA mató a Melitón Manzanas porque había torturado a activistas vascos y comunistas. Que estaba bien matado. Pueden pensar también lo que sienten sobre el asesinato de un torturador y el derecho a la resistencia. Pero el hecho es que si Oskar Matute hubiera realizado ese discurso hoy no hablaríamos de otra cosa, ETA seguía viva y se hubiera iniciado un proceso de ilegalización del partido. Pero Matute nunca haría eso, es más decente que Contreras y ya luchaba contra ETA desde la política cuando la banda asesinaba. El debate nos ofreció una lección de vida; Bildu es más digno que Vox y la izquierda abertzale del Congreso puede dar lecciones de moral a la derecha. Puede, porque son mejores.